⸂ Sugar ♡ Ice ; gruvia, au.

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No imaginó que su día tomaría otro rumbo, agonizando su corazón en una tempestad de lágrimas, afligida, resistiendo las ganas de gritar contra el viento. Es una persona sensible, este dolor en el pecho le durará por días, ni siquiera quiere pensar qué hará si lo ve.

No quiere verlo. No quiere saber nada de él.

Lo amó tanto, fue paciente en estas últimas semanas en no coquetearle ni ser tan insistente en desear acostarse con él. Aceptó sus invitaciones, almorzaron juntos, fueron a un concierto de jazz, a un parque de atracciones..., ¿Qué más quería él? ¿Los consejos de la señora Irene eran ciertos?, ¿en verdad quiso cuidarla?

Es una ironía. La vio con él. Él estaba con ella...

Esa imagen no debe volver a su mente, fue horrible.

¿Acaso Gildarts no le contestó las llamadas ni los mensajes porque estaba con la señora Belserion?, ¿desde cuándo están juntos?, ¿Gildarts se burló en su cara?

Tiene tantas preguntas, que las respuestas no la consuelan. Existe un autoconsuelo pero es una ilusión, su ilusión de que él no es culpable en absoluto.

La señora Belserion lo obligó. Jugó sucio. Era su rival de amor, después de todo.

Basta Juvia, deja de ser tan patética. Gray tiene razón.

―Gray... ―otro dolor de cabeza. La vio salir del edificio... Si tiene suerte, él no le hará preguntas, ¿para qué si no se interesan? A no ser que él sí.

Tonterías...

A él no le entiende. Le dice que le gusta, que le gusta hacerlo con ella y después la trata despectivamente como si fuera la peor mujer del mundo.

Razonablemente, lo usa para obtener experiencia en la cama.

Quería ser lo suficiente mujer para Gildarts, ahora nada.

Es una patética. Una estúpida creyendo en cuentos de hadas, como si él viniera a despejarle el cielo de tormentosas nubes sin color. Nada de eso existe.

Se sintió usada.

¿Así se siente Gray?, ¿por qué pensar en Gray en estos momentos? Lo que necesita es despejarse, descansar, llorar, hablar con alguien, pero ¿quién?

Levy es una de sus mejores amigas, podría contarle todo, sin embargo, no tiene la seguridad suficiente de que sea apropiado ni ser señalada como la peor amiga al meterse con el papá de Cana. De Cana ni hablar, agravará todo.

No tiene con quién desahogarse, ni con sus padres. No hay nadie, está sola. Tiene que aguantarlo sola.

Dios, necesita un consejo, un abrazo fuerte.

Dentro del taxi, no ha subido ningún pasajero. Es una mujer quien maneja dándole espacio de silencio con un poco de música alegre. No quiere regresar a casa aún, no con sus ojos llorosos. Necesita aire fresco y estar sola.

―Al parque Strathcona, por favor. ―es un buen lugar para ver el río Rideau, le ayuda a calmarse y pensar más racionalmente. Este rechazo y despecho de amor duele más de lo que imaginó.

Para Juvia, el señor Gildarts era todo, no un capricho de adolescente como dice su mamá. Fácil fue enamorarse de él, ¿será igual olvidarlo?, ¿qué tiene que hacer para olvidarlo y no sentir más estas punzadas atravesándole el corazón?

Levy le diría, tomar todo con calma y no pensar que es el fin del mundo. A Levy la dejaron embarazada, su situación fue peor que la suya, y no murió por amor. Cana le diría, salir a beber, buscarse a otro chico con quien desquitar sus penas; ya sabe, un clavo saca otro clavo.