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Un año después.

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― ¿Qué es eso?

―Es un gato...es Lily.

―Papi trajo un gato y se llama Lily.

―Oh, así que papá les trajo un gato. ―Juvia se inclina para mirar los dibujos de los hijos de Levy que asisten a la escuela infantil donde trabaja actualmente, cercano al centro de la ciudad. Al terminar las clases presenciales en la universidad y la pasantía, se graduó junto con Levy, en tanto Cana se graduó en lo suyo. Cada una eligió dónde trabajar y Juvia eligió quedarse aquí, educando y enseñando a niños pequeños que no pasan los cuatro años.

Terminando la hora de clases, todos ordenan guardar sus cosas en las mochilas, cantando canciones de despedidas para ir a casa.

Los hijos de Levy y Gajeel se portan bien, como todo niño deseando sólo jugar.

Ordenando a todos y a esperas de los padres y madres, Juvia ve a Gajeel buscando a Gale y Emma, avisándoles que papá está afuera.

Ellos corren llegando a las piernas de él, quien carga en brazos a Emma.

―Cuéntele qué bromas le hicieron a la tía Juvia.

―Le diré a Levy las cosas que les enseñas ―Juvia se cruza brazos, sonriendo―. Ellos se portan muy bien.

―Dibujé a Lily, papi. ―Gale dice desde abajo, sintiendo la mano de su padre revolverle el cabello negro.

― ¡Yo también! ―exclama Emma.

―Tienen un futuro como Da Vinci, gihi.

―Así que les regalaste un gato.

―Un gato que habla, como los que tienen Sting y Rogue.

― ¿Cómo es posible que existan esos gatos?

―No sé, no me pondré a pensarlo. ―se encoge de hombros, una investigación está lejos de sus curiosidades y parámetros, actualmente sigue trabajando en Alberona Group y preparándose para entrar a la universidad, en la profesión de arte y música.

Dando fin a la conversación, se despiden.

Los niños de Levy y Gajeel podrían estudiar en donde trabaja la primera, pero el problema sería que le pondría más atención a ellos que a los demás niños que asisten a clases. Gajeel prefirió que asistieran donde trabaja Juvia, ella los cuidaría bien.

Entrando a la sala de clases vacía, ordena su bolso en el escritorio, quedándose quieta al sentir unas manos cubriéndole los ojos. Hay una presencia detrás de su cuerpo, escuchándole la respiración. Actuará no saber de quién se trata, quizás un padre que se le olvidó el cepillo de dientes de su hijo.

― ¿Adivina quién es? ―él habla y ella ríe.

―Mhnnn, es difícil adivinar para Juvia ―sube las manos las que le cubren sus ojos, tocando el anillo de matrimonio, quitándolas y volteando a mirar a la persona detrás, estirando los brazos alrededor del cuello―. Es alguien a quién Juvia ama mucho y la hace muy feliz todos los días.

― ¿Soy ese alguien que te hace feliz todos los días?

―Sí ―respondiendo con esa misma sonrisa, le da un beso casto en los labios―. ¿Qué tal el día?

⸂ Sugar ♡ Ice ; gruvia, au.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora