⸂ Sugar ♡ Ice ; gruvia, au.

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―Kagura.

―Ha pasado un tiempo ―habla la aludida, manteniendo los metros que los alejan, sin intenciones de acercarse y ver la cara del que una vez fue su novio destrozándole el corazón―. No sabía que trabajabas aquí.

―Te debo una conversación.

―Tengo trabajo. ―sin querer entablar otra palabra, baja primero por las escaleras a esperas de sus amigas y compañeras de trabajo del bufete de abogados Mermaid Heels, sólo de mujeres. ¿Le debe una conversación? Le debe todo, la hizo sufrir, la hizo llorar, ¡le deseó todo lo malo y aparece de lo mejor en una de las mejores empresas de software!

―Kagura...

―Oye ―Gray le frena agarrándole la muñeca, frunciendo el ceño―. No me digas que ella es tu exnovia, antes de Erza.

―Lo es ―no lo esconde, ¿para qué? Con sólo tener esos segundos eternos de tormentos, era más que obvio―. Me odia.

―Evita que te atraviese esa katana. ―le aconseja, soltándole.

―Es de utilería, siempre le han gustado las armas japonesas.

―Me di cuenta que es japonesa.

―Sus padres son japoneses, ella nació aquí, en Canadá.

―Bueno, ¿qué piensas hacer?, ¿correr detrás de ella y disculparte? ―le pregunta en tono irónico― Aplica tus propios consejos en ti.

―Sé lo que tengo que hacer, Gray. Mi cabeza está clara. ―aparecerá el momento indicado para conversar con ella, él tiene que sanarse disculpándose y ella desaparecer el remordimiento.

La ve irse desde las barandillas del tercer piso, Kagura se reúne con una amiga o compañera de trabajo, de baja estatura, saliendo por las puertas de cristales del edificio. La verá de nuevo, tiene un caso con Sting.

― ¿Cuándo vuelve? ―pregunta sin quitar la vista de las puertas.

―Mañana se reúne con Sting, Rogue y la secretaria le acompañarán ―le dice―. Seguirla no es una buena opción.

―Nadie habló de seguirla ―no hará tal acción, la espantaría―. Necesito que acepte reunirse conmigo, que ella misma acceda, no voy a obligarla, pero necesito que me escuche antes de no verla definitivamente.

―Envíale el recado a Rogue. ―propone con esta idea, sólo le dice conocer a la abogada y quiere hablar con él, no dar explicaciones del por qué. Todo depende de la respuesta de ella.

―Es una buena idea ―surca los labios hacia Gray―. No eres tan malo dando consejos, cariño.

―Ah, Dios... ―rueda los ojos, disponiéndose a bajar por las escaleras, seguir trabajando e irse a su hogar lo antes posible.

A la hora después, Rufus entra al estudio de arquitectura informando conseguir el victo bueno del concurso de talentos, ¡se hará este viernes en la tarde!, ¡así que preparen sus talentos ocultos!

―Espera, espera ―detiene Warren sentado en su escritorio―. ¿Cuál es el premio?

―Eso es lo mejor ―el rubio de melena larga y sombrero rojo, sonríe satisfecho. En su grupo Sabertooth, Minerva estaba feliz junto con Rogue, eso no lo esperaba―. Un viaje a Orlando, Florida...

― ¡¿Disneyland?! ―Gray se pone de pie, sobresaltado. ¡Es el sueño de su hermana Wendy! Y el suyo en secreto, conocerá a Elsa y a Ariel.

Jellal le mira en el asiento, ¿desde cuándo tan fanático de Disney? Gray siente la mirada, explicando que puede llevar a su hermana.