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Kagura no haría caso a las exigencias de Erza, esposa del peor ser humano del planeta. ¿Cómo es posible que lo defienda después de contarle todo?, ¿de su historia con él?, ¿de qué él le dañó y miente a su esposa?

Erza no quiso llegar a estas instancias de buscarla y contactarla. De primera fuente quería saber si realmente estaba mal de la cabeza según Jellal y según la opinión de Gray. Agrega la de Juvia con quien habló hace dos semanas, sin querer salir de su antigua habitación en casa de su mamá Irene, comiendo helado mientras veía telenovelas internacionales.

Todo lo que dijo Kagura es cierto. Jellal cometió errores en esa relación, fue un malnacido, un maldito, un desconsiderado, un hijo de pu... Todo eso era. Pero había algo más en Jellal, él de corazón se disculpó y no fue perdonado. El corazón de él estaba tranquilo al conversar con aquella abogada y decirle en la cara lo desgraciado que fue en esa relación, y que lo lamentaba. Le dolía más a él verla en ese estado de odio y resentimiento puro.

Jellal entiende que el pasado siempre lo va a condenar, para alejarlo, para no relacionarse con ese personaje del pasado, mejoró para ser mejor persona y pedir perdón, que el remordimiento existe deseando calmar su conciencia, deseando ver a Kagura en una vida feliz. No ser amigos, no hablarse, ni nada de eso. Ser personas que tuvieron una relación pasada y dolorosa, que al crecer no hay rencores y puedan saludarse sin problemas y que cada uno continúe con su camino.

Ella así no puede tener un camino. ¿Un camino a la venganza? Sí. Detesta ver a Jellal casado. Detesta saber que a pesar de decirle todo a esa mujer pelirroja y de sus propios sentimientos heridos, no se hayan separado.

Jellal le dijo a Erza que temía si volvían a estar juntos. Kagura ardería en cólera.

Por eso, Erza se adelantó sin mencionarle en ningún momento que su matrimonio con Fernandes estaba superando la crisis, permitiéndole dormir en casa, en el sillón de la sala. Eso no muestra que él no le importa. Nadie sabe que está aquí, ni su madre.

La sonrisa de Kagura es irónica, resistiendo el impulso de lanzarse con su espada de utilería a esa mujer que cree tener poder sobre ella. Ella es abogada, tiene más por ganar que perder.

―Me citaste aquí para eso ―se cruza de brazos, suspirando, sin quitar los ojos sobre Erza, frente a frente, en una mesa de un restaurante―. Eres una tonta. Él va a dañarte.

―Lo hubiera hecho.

―Lo hizo ocultando su relación con su mejor amiguita.

―Porque le entendí ―responde, dejando de lado el vaso de néctar natural y el pequeño sándwich que pidió para suavizar el principio de la conversación―. No pienso darte explicaciones de lo que pasa en mi matrimonio con Jellal, sólo te diré que me das pena. De verdad. No estás bien. No te hará bien seguir con ese dolor, lo único que ganarás es sentir nada y hacerte daño. Las disculpas de Jellal realmente son sinceras...

―Él me hizo daño, y no pienso descansar hasta verlo en la miseria ―su voz sale con rencor, frunciendo el ceño, inquietando a Erza―. Y si tengo que pelear contigo para hacerlo, lo voy a hacer.

―Tu hermano Simón ―de repente, desconcierta a Kagura. Es hora de usar su carta para terminar con esto, aunque también tiene otra―, ¿te contó que tenía una novia hace mucho tiempo?

― ¿Cómo conoces a Simón?

―Fui su novia ―responde concisa, prosiguiendo―. Supongo que no te contó que no fue el mejor para una novia que tuvo.

⸂ Sugar ♡ Ice ; gruvia, au.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora