CAPÍTULO TREINTA Y UNO - ELECTIONS

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Christopher M.

Un secreto eso era lo que Alessia deseaba y yo no me iba a quedar con los brazos cruzados mientras veía como le coqueteaban a mi mujer.

Hoy era el final de la candidatura, las elecciones.

Los cuervos descienden al igual que los leones, por lo que no traeremos a los niños. La prensa no estaba enterada de la reconciliación pero yo me encargaría de que el mundo se entere que Alessia Gray volvió a hacer mía.

Me mantenía con los ojos cerrados al costado de la rubia mientras daba caricias en su espalda, ella seguía en su quinto sueño mientras yo solo me deleitaba con las caricias que le daba.

Cuando me estoy por quedarme dormido unos gritos me hacen abrir los ojos.

-Mamaaaaaaa - por parte de los mellizos se escucha en mi cuarto

-Cállense, su mamá está durmiendo - hablo volviendo a cerrar los ojos

-Papá ¿estás despierto? -pregunta Damien

-No Damien está muerto mira como nos habla el cadáver - habla Hera sacándome una sonrisa burlona

-Hera no trates así a tu hermano -se escucha la voz de Alessia asustándonos a los tres

Mis hijos me miran con los ojos bien abiertos mientras yo borro mi mueca para voltear a ver a la rubia que sigue en la misma posición.

-Sígueme haciendo masajes - pide

Vuelvo a hacer mi trabajo mientras mis hijos empiezan a susurrar cosas.

-¿Qué hora es? - pregunta

-6:30 mami - responde Damien

De pronto Alessia se levanta corriendo de un lado al otro arrojando prendas, mis hijos esperan a que me levante igual que ella pero no lo hago.

-El colegio papá - exclama Damien

-No te esfuerces D, mamá se encarga de él - dice Hera para salir de la habitación

Damien trata de ayudar a su madre que llama a las nanas para que los alisten.

-Es solo ir al colegio nena - digo relajado

-¿Qué mierda haces aún en la cama? - me pregunta tratando de calmarse - Christopher la maestra quiere vernos.

El tono que usa en la última frase me hace levantarme para ir a cambiarme y acompañarla antes que se vuelva loca.

Pasan solo unos minutos hasta que la veo salir en un vestido blanco ceñido al cuerpo.

-Ese no es tu traje para las elecciones - inquiero confundido

-Amor, no voy a tener tiempo para arreglarme luego - habla cuando está por ponerse el labial lo separa de sus labios y se acerca a mí.

La tomó de la cintura cuando sus brazos se deslizaban por mis hombros para engancharse en mi cuello.

Sus labios se unen a los míos y yo me deleito con el sabor que me transmite sabe a fresa, cuando me separo de ella la miró extrañado.

-¿Por qué sabes a fresa?

-Está bien me descubriste, la nana me trajo fresa.

La miró divertido mientras ella me frunce el ceño queriéndose separar pero no le deje escape cuando vuelvo a unir nuestros labios dejándola aturdida.

-Eres detestable - gruñe haciéndose la molesta

Me río de su escena pero me calla dejando besos sobre mi rostro.

OBLIGACIÓN (CM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora