La casa del árbol.

91 16 13
                                    

Capítulo 1.

El frío de Londres siempre me había gustado, me recordaba a las frías mañanas en Ogi cuando salía de casa para poder ir a la escuela, me recuerdo a mi misma caminando de la mano con mi padre Jimin, no recuerdo si sus manos era frías o calientes, no recuerdo si a él le gustaba el frío o el calor. Desconocía porque había olvidado la mayor parte de él, tampoco había fotos o algo parecido, me habían cortado cualquier manera de recordar a mi padre Jimin. Parte de mi cree que la razón por la que olvidé todo se debe al trauma, el mismo trauma de haber encontrado a mi padre con olor a alcohol y la boca llena de pastillas, es lo único que recuerdo claramente, no se borra y los recuerdos no cambian, eso está para la eternidad.

La casa del árbol en donde dormía junto a mis hermanos era extremadamente fría, así que hacía todo lo posible porque ellos no pasaran ninguna incomodidad. La tía JeonGyeon los había mandado a dormir afuera y al no querer dejarlos solos me fui con ellos, los trataba como perros y a mí como su sirvienta, aunque no me importaba mientras ellos estuvieran bien.

La única razón por la que ella odiaba tanto a los mellizos era por su padre, no Jimin, sino más bien su otro padre, para mí eran lo más sagrado que tenía, para la mala suerte de la tía, se parecían mucho a él, sobre todo Bora, que tal vez no había sacado el color exacto de los ojos de él pero sí que los tenía azules. Ella los odiaba por el padre que tenían, para todos, el culpable de la muerte de mi padre Jimin, pero yo no lo consideraba así. Investigué lo mejor que pude acerca de lo sucedido con ellos, el crimen del que fue acusado y como fue condenado.

Para mí, el mejor cuentacuentos del mundo había sido encerrado injustamente, no sabía toda su historia y al parecer, era capaz de hacer lo que estaba descrito en los periódicos, pero no esta vez, algo me decía que era mentira, o sino ¿Por qué a papá le habrá costado tanto trabajo desprenderse de un hombre como ese? No tiene lógica, al menos para mí.

Así que aquí estoy, enfrente del Hospital Real de Bethlem, un hospital psiquiátrico, me había tomado horas llegar pero aquí me encontraba, lista para enfrentar al monstruo como muchos le decían. Pasar por el control había sido complicado por no decir imposible, pero cuando dices desesperadamente que tu padre va a cometer suicidio si no lo ves en ese momento te dejan pasar un poco más fácil, no tenía identificación y eso complicaba un poco la cosas pero a pesar de todo, me dejaron pasar.

El lugar estaba desierto, los pasillos blancos eran demasiado para mi pobre mente, ¿ahora como lo iba a encontrar? Sin embargo, una niña sola sin acompañante es sospechosa e hice algo de lo que no me siento muy feliz, habiendo un paciente en el pasillo en silla de ruedas en estado catatónico lo único que hice fue empujar su silla por los pasillos como si fuera mi paciente, internamente le pedía perdón al hombre por usarlo de tapadera.

Veía por todos lados, todas las puertas, esperando encontrar su nombre o verlo a él, pero estaba llegando a la salida al patio y no encontraba nada, me sentí estúpida por ello pero mis esperanzas regresaron al ver a un hombre de su estatura y cabello azabache corto, recargado sobre un árbol del jardín, tenía los ojos cerrados, sólo estaba en la pijama del hospital y el aíre le golpeaba en la cara, despidiéndome del señor que estuve empujando salí del edificio y fui en esa dirección con la esperanza de que mi mente no me traicionara y mis recuerdos tampoco, la imagen de su rostro se había ido desvaneciendo pero sabía que si lo veía de nuevo, estaría segura de que es él.

Cuanto más me acercaba más estaba segura de que era él, por mucho que se viera muy delgado a como lo recordaba, que su piel se viera pálida y su rostro demacrado, habían pasado ocho años, el tiempo le había hecho mella sin contar las muchas cosas que pudo haber vivido dentro del lugar con muy mala reputación aunque había sido un avance que lo tuvieran en un lugar como este en vez de una prisión, además de eso, estaba libre y sólo sin enfermeros cuidándolo, como una persona normal.

Maquiavelismo  [KookMin] (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora