Capitulo 43

4.1K 217 83
                                    

Hundo la nariz en su cuello mientras me abraza y dibuja una sonrisa sobre mi piel.

-Me gusta abrazarte y sentir que lo malo se va -susurra-, no puedo perderte ahora que estamos tan cerca...tengo un millón de planes para nosotros...quiero presentarte a mis amigos, quiero escaparme contigo a la playa, quiero pasarme el día en la cama sin que nadie nos busque...quiero besarte en medio de la Gran Vía y parar la circulación...-me aprieta contra él-.

-Álvaro...joder -sus lágrimas mojan mi piel-, soy yo la que no quiere perderte, ¿no lo entiendes? -enredo mis manos en su pelo hasta que nuestras miradas se encuentran-, pero tampoco puedo perder a Blas.

Suena tan egoísta que me da vergüenza. Pero no quiero mentirle, necesito que entienda lo que hay entre Blas y yo. Seco sus lagrimas y sonríe amargo.

-Te amo Álvaro, lo sabes, quiero hacer todas esas cosas contigo -tira de mí y me sienta a horcajadas sobre él con mimo-, pero no puedo romper lo que Blas y yo tenemos. Le necesito.

-Y yo te necesito a tí -roza levemente mis labios y siento su sexo endurecerse bajo el mío-.

Sus ojos van de mis ojos a mis labios y mi respiración se acelera. Mete las manos bajo mi camiseta y acaricia lentamente toda mi espalda con la yema de sus dedos hasta agarrar mis caderas y apretarme más contra su sexo. Tiemblo entre sus brazos.

-Es una pena que Blas se pierda esto -susurra lascivo-.

-No tiene...-su lengua irrumpe en mi boca hasta dejarme sin respiración-...gracia.

Resopla y sus ojos vuelven a humedecerse.

-Lo que no tiene gracia es que te haya visto sobre Blas hace unas horas y no pueda dejar de pensar en que quería meterme en esa cama...-su tono me enciende-.

-Joder Álvaro...no puedes decirme eso, al final me vas a dar la razón y entre nosotros no hay mas que sexo...

-Ojalá solo hubiera eso, te habría puesto contra la puerta nada mas llegar -sonríe triste-, ojalá fuera tan sencillo.

Apoya su cabeza en mi hombro y le acaricio el pelo. Me siento fatal. Tengo su sexo pegado al mío y estoy contrariada, porque quiero que me desnude y me quite el calentón, pero también quiero abrazarle hasta que creamos que todo ha sido una pesadilla.

-Me duele porque eres mía -levanta la cabeza y me mira a los ojos-, necesito pensar que lo eres para soportar mi vida y verte con él me ha hecho ver que no. Ver que lo que no tienes conmigo lo puedes buscar en otra persona y yo no puedo hacer nada hasta que todo esto se acabe me enferma. Pero lo peor de todo es que sea Blas, es una parte muy importante de mi vida.

-No quiero buscar nada Álvaro, lo tengo todo.

-Conmigo no, con los dos, no es lo que quiero.

-No puedo evitar sentir lo que siento -acaricio su cara y cierra los ojos-, lo que no se es como no nos hemos vuelto locos todavía.

-Porque nos amamos...en plural...los tres...amor de verdad, aunque cada uno de nosotros despierte cosas diferentes en el resto.

Me besa lentamente, saboreando mis labios, pero a la vez presiona nuestros sexos agarrando mis caderas. Me cuesta respirar. Cuando tiro de su camiseta me detiene.

-Hoy te vas a quedar con las ganas, es tu castigo -sonríe provocador-, no puedo echarte nada en cara ni quiero alejarte de mí. No hay nada normal en mi vida desde hace tiempo, pero lo que hay me hace felíz. Así que si tú aceptaste compartirme con Celia lo justo es que yo acepte lo mismo con Blas...

-No es lo mismo Alv -niego con la cabeza-, no veo justo que aceptes esto sin decir nada porque yo lo hice con Celia.

-Es que no puedo decir nada, yo se que os amáis, lo veo con mis propios ojos. Si tú no quieres que me aparte dejemos que todo siga como estaba. Si encima me dices que no os acostáis, ¿qué pegas voy a poner?, no voy a prohibirte que le abraces -me saca la lengua-.

No te enamoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora