Capítulo 70

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   31 de diciembre

Abro los ojos y me cuesta un poco ubicar donde estoy, pero cuando levanto la vista, no tengo duda. Habitación 1002 del Hotel Capitol. Sí, la famosa habitación tras el cartel  luminoso que emboba a todo el mundo que camina por la gran Vía. La primera vez que dormí aquí me pasé la noche mirando corretear los neones. Y todavía me alucina después de todas las nocheviejas que mi padre ha celebrado su fiesta de empresa en este hotel. Este año, ha decidido que esa fiesta loca que prepara para recibir el año con lo que él llama "su gente", se convierta en el día de su boda. Y me siento genial, porque a última hora me he implicado tanto en la organización, que he podido dejar de pensar un poco en mi vida.

Unos dedos rozan mi cintura con suavidad y sonrío. Acomodo un poco más mi espalda en su pecho y la mano recorre con delicadeza mi vientre hasta rodearme. Me encanta esta enorme cama redonda a la que anoche llegamos un poco perjudicados. Después de tantos días sin vernos y sin contarnos nuestras penas, lo celebramos como merecía.

La mano se desliza hasta rozarme un pecho.

-Blas...-murmuro somnolienta- no me sobes.

-Mmmm -se pega todavía más a mi espalda- cállate y disfruta, que estoy muy necesitado...

-Más necesitada estoy yo. O me sueltas la teta o se lo digo a Alex.

-Alex... -roza mi nuca con sus labios- me deja meterte mano hasta aquí...-cuela un dedo por el elástico del pantalón de mi pijama y se ríe-.

-¡Blas! -le doy un manotazo-.

Me gira rápidamente y se pone sobre mí muerto de risa.

-¿Has sentido algo?, ¿hay alguna posibilidad de que nos acostemos?

-Claro, llama a Álvaro...-me observo las uñas con interés-.

-Por lo menos has recuperado el humor.

Le doy un puñetazo nada cariñoso y rueda por la cama sin dejar de reírse. Alcanza el teléfono sobre la mesita.

-Buenos días guapa...sí, de la 1002, un par de cafés cargaditos, zumo de naranja y tostadas por favor..., muchas gracias.

Cuelga y se vuelve a desplomar a mi lado. Intenta sin éxito apartarse el pelo que cae sobre sus preciosos ojos.

-Hubiera vuelto antes si me hubieses contado lo que pasó con Alv...

-¿Otra vez., ¡mira que eres plasta!, que quería estar sola. Además, tú tampoco me contaste tu discusión con Alex, así que estamos en paz.

-Pero yo no te lo conté porque no quería pelearme contigo -suspira-, cuando me dí cuenta de la que había liado me quise morir.

-Mira que te quiero pero eres gilipollas. Y no te mereces a Alex.

Se tumba boca arriba con un brazo tras la cabeza y cierra los ojos. El día que Alex y Martín se marcharon a casa, Blas les llevó al aeropuerto y Alex...le besó delante de todo el mundo. Blas se agobió tanto tuvieron una discusión bastante subida de tono, de la que yo me enteré anoche. Han estado seis días sin hablarse, no me quiero perder el momento en que se vean.

-Blas -enredo mis dedos en su pelo-, no dejes que nadie te diga lo que debes hacer con tu vida. Creo que bastante lío ha sido todo hasta llegar a donde estamos.

No te enamoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora