Capitulo 50

3K 202 29
                                    

Mi corazón deja de latir un instante. Creo que no he escuchado bien. ¿Alvaro engañó a Celia con Blas? No puede ser real.

-Eres una zorra -Álvaro agarra a Celia del brazo y la zarandea-, no me puedes hacer esto...

No levanta la voz, pero su tono da miedo. O al menos me lo da a mí porque Celia pasea un dedo por el brazo de Álvaro y sonríe maliciosa.

-No lo he hecho público Alv, pero tus amigos debes saber lo que eres, ¿no crees?

La rabia se apodera de mí. Si eso es cierto me han mentido descaradamente las dos personas que mas quiero del mundo, pero es que no le consiento que le toque. Álvaro me mira. Toda la furia que hay en sus ojos me estremece.

-Álvaro por favor...-susurro-.

Resopla y agacha su mirada hacia Blas. Yo hago lo mismo en busca de una respuesta que me despierte de esta pesadilla.

-Blas dime que no es verdad...

Se hace un silencio desgarrador. Blas se tapa la cara con las manos y Álvaro tiene sus dedos clavados en el brazo de Celia que parece estar muy a gusto con la situación. Carlos, David y Dani miran a uno y a otro pero no abren la boca. No puedo respirar, no hay duda de que es cierto.

-Lo siento -dice Celia cuando vuelvo a mirarla-, al menos tú debías saberlo.

Por un momento veo sinceridad en su mirada pero me da igual. Aprieto mi puño y lo estampo en su bonita cara con todas mis fuerzas. Cae al suelo y todo el restaurante nos mira. Álvaro me atrapa cuando estoy a punto de saltar sobre ella.

-¡Joder Álvaro, suéltame! -grito-.

Me sujeta por detrás y me rodea con sus brazos con fuerza. Su aliento en mi nuca me eriza la piel. Me revuelvo enfurecida, necesito matar a Celia porque acaba de destrozar mi vida y ya todo me da igual. Álvaro y Blas se habían besado antes de que yo llegara a sus vidas, se habían amado antes de que yo me enamorara de ellos. No soporto siquiera pensar que me han utilizado, que he sido su excusa para poder quererse.

Celia se lleva la mano a la naríz de la que le sale abundante sangre. Hace una mueca de dolor pero enseguida le sale la media sonrisa. Me mira a través de las pestañas con chulería.

-Puedes soltarla Alv -dice con superioridad-, no me da miedo.

-¡Te voy a matar zorra, que me sueltes Álvaro! -cierra más sus brazos a mi alrededor-.

Está tan tenso y tan pegado a mí que es como si estuviese apoyada en una pared. Noto los latidos de su corazón en mi espalda y su respiración agitada delata que está a punto de explotar. Sus labios rozan mi cuello e intento apartarle, pero es imposible moverme ni un milímetro.

-Shhhh...tranquila -susurra-.

Me deja en manos de Dani y David que me agarran. Intento librarme, pero la mirada enfurecida de Álvaro me paraliza. Coge una servilleta de la mesa y resopla. Uno de los camareros viene corriendo, pero le detiene antes de que llegue y se agacha al lado de Celia que lo mira asustada. Le pone la servilleta sobre la naríz y ella lanza un grito de dolor.

-Miedo lo que va a ser tu vida a partir de mañana Celia...papá se va a enterar de todo...

Se incorpora y tira de ella y la levanta. Está tan cabreado que cuando me mira me tiemblan las piernas. La coge por los hombros y la mira a los ojos.

-Y ahora lárgate, ya has hecho suficiente -le susurra con firmeza casi rozando sus labios-.

Celia hace ademán de responderle pero Carlos le cuelga el bolso del brazo. La gira cogiendola por los hombros y la empuja no muy amablemente.

No te enamoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora