Kiss me...

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-¡Blas, para joder! -corro tras él por la calle-, ¡espérame!

Ni siquiera me mira. Tras un par de minutos de carrera, cruza la recepción del hotel a toda prisa y yo tras él. Pulsa el botón del ascensor varias veces y como no se abre, empieza a subir las escaleras de dos en dos.

-¡Blas! -le alcanzo entre el primer y el segundo piso-, ¡para un momento! -intento recuperar el aliento con mis manos apoyadas en las piernas-, por favor.

Se sienta en la escalera con la cara enterrada en sus manos.

-¡Hija de puta!...-solloza-, ya lo saben todos...

Me siento a su lado y le rodeo con mi brazo. Se acurruca sobre mi pecho.

-¿Qué saben?, ¿qué estás enamorado de Álvaro?, no me parece tan grave...deja de llorar, no merece ni una de tus lágrimas.

Levanta la cabeza y limpia su cara empapada con el envés de la mano.

-No quiero que Álvaro sufra por esto, ¿sabes?...si no se lo he contado a nadie ha sido por él, yo no me avergüenzo de lo que siento, pero no quiero que le toquen las narices...

-Blas, no seas neuras, ¿qué van a hacer?

-Lo que hacemos todos...basta que sepamos que a uno de nosotros le gusta alguien para que sea el motivo de nuestras risas y no quiero que esto lo sea, bastante complicado es todo.

Le beso. Necesito que se calme y es la única manera que se me ocurre. Saboreo sus salados labios mientras acaricio su espalda hasta que deja de llorar.

-Esta es otra de las razones por las que te amo -junta nuestras frentes-, no sabes hasta que punto me haces olvidarme de todo cuando estás cerca -esboza una tímida sonrisa-.

-Olvídate de lo que ha dicho Celia pero no te olvides de como lo ha hecho...¿podemos matarla, por favor? -ladeo la cabeza y le saco la lengua-.

Ríe y me acaricia la cara hasta que sus manos envuelven mi nuca.

-Te ha llamado zorra -frunce el ceño en un gesto divertido-, acabemos con ella de una vez. Le haríamos un gran favor a la humanidad...

-Y a Álvaro, no dejaría de querernos nunca -arrugo la naríz-, que pena de tía, no se como alguna vez pude ser su amiga -suspiro resignada-.

-Ahora los escoges mucho mejor -me da un tierno beso en el cuello-, vamos a la habitación antes de que nos la tengamos que cruzar...

Subimos las escaleras que nos separan hasta nuestra planta sin soltarnos mucho, pero antes de llegar, la puerta del ascensor se abre y Álvaro sale hecho una furia y Celia detrás. Ni reparan en nosotros.

-¡Que me dejes en paz Celia! -grita Álvaro-.

Blas y yo nos quedamos plantados en medio del tramo de escaleras en silencio. La expresión de Álvaro me revuelve. Está tan cabreado que da miedo, jamás le había visto así.

-Mira, lo siento, ¿vale?, he bebido demasiado...

Álvaro se gira y le grita a un palmo de la cara.

-¡Tu excusa favorita para joder a todo el mundo! -abre la puerta de la habitación -, ¡No te basta con joderme la vida a mí, a mis amigos también!

Celia entra tras él y Blas y yo aprovechamos para meternos en nuestra habitación y sentarnos en la cama. Da igual, les escuchamos como si estuvieran delante...

-Que pena no tener palomitas -ríe Blas-, esto promete.

Se quita los zapatos y hace lo mismo con los míos. Nos acomodamos mirando la cabecera de nuestra cama esperando que siga el espectáculo.

No te enamoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora