No te enamores

Decide

Se hace un silencio interminable que rompe buscando mi mirada.

-Dime que me vaya Kika -aparta mi pelo todavía mojado que cae sobre mis ojos-.

-No puedo Álvaro -susurro-, pero hazlo, por favor.

-Vale, no puedes decirlo pero quieres que lo haga. Sólo una pregunta más..., ¿me invitas a comer?

Me echo a reír. ¿Cómo puede romper la tensión que hay ahora mismo entre nosotros con algo así? A ver si va a ser verdad que es adorable y entonces estaré perdida.

-¡Claro!, no me he dado cuenta ni de la hora que es, soy una...

-Pija maleducada -me corta-, pero me encantas. Voy a vestirme y tú vas a hacer lo mismo, ¿de acuerdo?

Me abraza. Es un abrazo de cariño, de complicidad, pero que su erección intente colarse en mi albornoz me desquicia.

-Álvaro...

-Lo siento, contra eso no puedo hacer nada, tiene vida propia.

Reímos juntos otra vez y me da un tierno beso en la mejilla.

-Ve a vestirte, por favor, te espero en la cocina.

-Como si estuvieras en tu casa, abre el congelador y elige.

Subo la escalera con muchas sensaciones en mi cuerpo. Le deseo con toda mi alma, empieza a ser enfermizo, pero me acaba de demostrar que aunque es mutuo, no es por lo único que está aquí. Me pongo unos leggins y una camiseta amplia, me seco un poco el pelo y cuando empiezo a bajar la escalera le oigo cantar.

And all my friends have gone to find
another place to let their hearts collide
Just promise me, you'll always be a friend
cause you are the only one.

Lo que siento cuando le escucho cantar es superior a mí. Sólo hay otra voz que me llegue tan dentro. Me quedo en la puerta de la cocina observándole con una sonrisa. La ropa de mi padre le queda fatal, pero me encanta verle pelearse con el microondas sin dejar de cantar.

Take my hand and my
heart and soul, I will
only have these eyes for you
And you know, everything changes but
we'll be strangers if we...

-¿Cuanto llevas ahí? -pregunta al verme-.

-Lo suficiente. Amo a Ed y me encanta One. Tú tampoco lo haces mal -río-.

Tengo los pelos de punta. La canción acaba de subir mil puestos entre mis favoritas al escucharla en su voz.

-Y a mí, ¿ves?, otra cosa en común, a ver si vas a ser la mujer de mi vida -se burla-.

Un escalofrío me recorre entera. Sé que lo ha dicho de broma, pero...

-No te enamores Álvaro -me cachondeo-.

Saca la comida del microondas y la sirve en dos platos que ha puesto sobre la encimera. Me siento en uno de los taburetes de la isla central de la cocina donde ha colocado cubiertos, vasos y servilletas. Se sienta a mi lado y me mira a la vez que pone la comida delante de ambos.

-Esa frase es mía. Y no te rías, lo dije en serio.

-¿Pero tú eres tonto?, ¿crees que podría enamorarme de tí? ¡Por favor! -entorno los ojos bromeando-.

-Tanto como yo de tí -susurra-.

Otra vez muda mientras él devora la comida y yo no puedo probar bocado. Si lo que quiere es provocarme le está saliendo perfecto, porque vuelvo a tener unas ganas locas de tumbarle en la isla y dejar de fantasear sobre como sería.

-¿No comes? -pregunta tras un par de minutos- está delicioso.

-Lo sé sin probarlo, Rosa es una gran cocinera.