No te enamores

Tarde de domingo...

-¡Claro, me apetece mucho, nos vemos allí!, gracias por la invitación.

Álvaro me mira con cara de asombro desde el sofá. Está tumbado con su móvil y lo único que me apetece es tumbarme sobre él y comérmelo. Llevamos desde la madrugada hablando de cosas triviales, escuchando música y sin rozarnos un pelo.

-¿Vas a salir con Salva?, ¡pero si no le conoces de nada!

-A tí tampoco y aquí llevas dos días metido -río-, sólo me ha invitado al teatro, a una obra de unos amigos suyos.

Me va a responder cuando el teléfono vuelve a sonar. Por fín Andrea da señales de vida.

-¡¿Pero tú donde te metes?! -le grito-, ¡te he llamado mil veces!

-Haciendo lo que deberías hacer tú. Llevo todo el día en la cama y como vuelve a ser de noche ya ni me molesto.

-Acompañada, supongo...

-¿Lo dudas? -ríe-, ha ido a comprar comida, necesitamos reponer fuerzas.

-Te odio, estaba preocupada.

-Pues no te preocupes, que estoy de maravilla. ¿Cuándo vuelves a tu casa?

-Mañana a mediodía, comemos juntas y te cuento, ¿vale?

-Si me puedo mover....-la oigo reír-. Trabajo por la mañana, tonta, llámame y quedamos. ¿Tú estás bien?

-Perfectamente...

-Dale un beso a Choco en los morros y otro para tí.

-Guarra -río-.

-Te quiero.

Me siento al otro lado del sofá. Se incorpora un poco y tira de mí hasta que me tumbo a su lado. Qué bien se está aquí....

-¿Qué haces? -cotilleo la pantalla-.

-Ponerme al día, no he mirado nada desde ayer...me absorbes -sonríe-.

Pierdo la mirada en su móvil mientras lee los cientos de menciones que tiene en twitter. Todas hablan maravillas y me río.

-¿Tan bonito eres que te lo dicen a todas horas?

-Ya ves -entorna los ojos-, si lo dicen ellas será verdad...

-Eres idiota.

-Tú si que eres idiota que no quieres conocerme -deja el móvil sobre la mesa y se levanta- y que todavía no te has dado cuenta de la estupenda persona que soy. Hasta voy a hacerte la cena....

-¿Cocinas tú?

-Cocina el microondas, yo elijo...

¿Y si de verdad es tan bueno como parece? La perfección. El sexo es genial aunque presiento que puede ser más todavía y hoy hemos pasado el día hablando sobre todo de música. Le oigo trastear en la cocina y al momento asoma la cabeza en el salón.

-Voy al coche a por un par de cosas, vuelvo ahora.

Tarda dos minutos en volver con una bolsa de deporte en la mano y varios cd que me entrega.

-No sé como no te da vergüenza trabajar para nosotros y no tenerlos -se burla- y siéntete afortunada que son los míos, los que llevan conmigo desde el día de su lanzamiento.

Agacho la cabeza muerta de risa. Tiene razón, ni siquiera los he escuchado completos.

-¿Te los firmo? -me saca la lengua y vuelve a la cocina-.

Me levanto y pongo Endless Road en el equipo de música. Es todo un descubrimiento para mí porque no he escuchado ni una sola canción. Tengo tres discos en mi mano con el mismo nombre pero empiezo a curiosear el que tiene la portada blanca.