CAPITULO 5 CAFÉ, TULIPANES Y PAÑALES

153 6 0
                                    

Tres días antes de año nuevo.

—¿Estás consiente de lo que me estás pidiendo?

El rostro de mi amigo parecía ahora desconocido casi retorcido.

—Sé que no es la misma situación que con Diane, pero el informe de Johnny es esto—palmeó aquel sobre con las espantosas fotografías.

—No quiero hacerle tal traición a mi esposa.

—No es una traición, velo como un respaldo para los dos, si esa mujer se parece tanto a Audrey y esté haciéndose pasar por ella.

Tenía razón, pese a que tenía un sentimiento extraño al ver aquellas fotografías de Audrey con ese tal Joyce, pero no era ella y ese hombre estaba siendo engañado.

Casi me daba nauseas.

—El doctor está esperando—me decía Carlo presionando.

En el cunero a lado mío estaba Andrey soltando balbuceos, tragué fuerte, lo tomé entre mis brazos con sumo cuidado y asentí hacia mi amigo. 

Presente

No hay tregua.

Estoy al borde de la desesperación, Dante no ha tenido grandes avances y cada vez me tienta más la idea de llamar a los Rinaldi para hacerles saber que su maldito bastardo huérfano sigue vivo y está por destrozarme, pero, si acudo a ellos, algo de mi dependerá de ello, podrían deshacerse de su bastardo, pero, ¿a cabio de qué?

Y la búsqueda de Travis, su maldito dedo está en un congelador del laboratorio forense de la conocida de Dante. Aunando que mi mejor agente ha escondido un secreto, ¡que era todo eso del círculo de Ciriel!

Sé que es año nuevo, pero Carlo me ha llamado para que veamos a mi abogado y tenía que ser en un punto céntrico.

—¿Por qué demonios me hiciste levantar un maldito lunes por la mañana en pleno año nuevo? —le repliqué a Carlo.

—Cálmate, ¿quieres?, estos últimos días tienes un humor de perros.

Me quité los lentes de sol.

—¿Te parece que tengo los ánimos de hacer chistes?

Carlo abrió la boca sorprendido.

—¿A caso te pasó un tráiler? ¿te drogaste?, solo dejé de verte cuatro días ¡cuatro días!

—Ten un hijo y verás que no tienes tiempo ni de respirar.

Carlo se agazapó en su asiento.

—¿Cómo está Audrey?

Solté un largo suspiro.

Sentía que las cosas entre nosotros no iban bien.

No pensé bien que la revelación del nombre de ese... tipo, me causara una conmoción y sobre todo por qué Audrey evitó a toda costa el tema, desde ese día, nos hemos concentrado en el bebé, he tratado de aligerar su cuidado para con Audrey, intento ser el que esté al pendiente de él para que ella descanse.

—Tal parece que mientras más pendiente estoy de Andrey, más me alejo de ella. —Inesperadamente, Carlo comenzó a reírse—. ¿Qué diablos te causa tanta risa, infelice? —(infeliz).

—Que tu capricho te llevó demasiado lejos—contestó limpiándose unas lágrimas inexistentes, fruncí el ceño y clamé todo mi autocontrol para no lanzarme a los golpes—, desde el principio te encaprichaste con ella, ¡te casaste a escondidas en pleno día de mi boda! —bueno, esa no fue mi idea—, hiciste de todo, y te ha pasado de todo, ¡te dispararon! y aun así no sabes qué hacer con tu esposa y tu bebé.

POR TI, SIEMPRE (Libro 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora