CAPITULO 23 LA ISLA DE LA PAZ QUE PRACTICA LA GUERRA 1

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A pesar de su vista preciosa, cielo y mar azul, un clima fresco, fauna agradable como primavera eterna.

Se dice que la Isla de Isquia está llena de paz, aguas termales, una zona paradisiaca en la cual relajarse y no querer salir de ahí.

Para mí, ese paisaje hermoso era el campo de guerra en el que estaba a punto de adentrarme, lo peor de todo, es que el arma que tenía en mi cadera me hacía más consiente de todo lo que podía pasar.

Esto puede terminar de dos maneras.

Nuestro triunfo.

O nuestra derrota.

Y tenía las esperanzas de que fuera lo primero a toda costa.

Aunque no estaba dispuesta a sacrificar ninguna vida de los míos, podíamos hacer todo lo posible para que mi familia sobreviviera, sí, todos ellos eran mi familia, Jade, Rose, Max, incluso ahora Johnny.

Podía llevarse a Marco, estaba dispuesta a empujarlo ala acantilado si fuese posible, no me importa pensar en que "es una vida humana" yo no soy buena, yo soy una maldita.

—¿Mia Regina? —Leonard se acercó por detrás, pasándome sus brazos por mi cintura.

Había estado tan perdida en mis pensamientos que no me percaté de su cercanía.

—¿Ya terminaron de hablar? —le pregunté sosteniendo sus brazos, levanté el rostro para ver su perfil.

—Sí, aunque no fue mucho lo que se trató, Johnny puso al capitán en la dirección correcta, mientras Marco revoloteaba a su alrededor insistiendo en que se uniera a su sequito.

—Pues sueña demasiado—me reí.

—Aunque también intentó persuadirme para convencerte.

—¿A mí?

—Dice que serías buena para el negocio.

—¡Ah, eso! —me reí más fuerte, aunque quizá debía preocuparme un poco y andar con cuidado, quizá también sea como su primo y se obsesione conmigo—. Jamás pasará.

—Fue lo que dije—me besó la mejilla y me meció en sus brazos.

Admiramos por un momento el paisaje de la cercanía a la isla que se apreciaba desde el enorme ventanal, el enorme monte ya podía distinguirse, las aguas estaban un poco más claras, el puerto estaba cerca.

—¿Cómo está Max?

—Ya más tranquilo, ha sido disuadido por un escolta para usar un arma en caso de ser necesario.

—Odio que lo orillemos a esto.

—No lo odies, en realidad es bueno, un hombre debe ser determinante en estos casos, más si la vida de su amada está en peligro—unió su frente con la mía—. No pienses que es un sacrificio, es un acto de amor inmenso.

—No quiero que salgas herido de nuevo—sentí mis ojos llenarse de lágrimas—, prométeme que no harás nada estúpido.

—Prométeme lo mismo—combino.

—Hablo enserio—reproché.

—Yo igual.

Entrelazamos nuestros dedos.

No estoy lista para dejarlo ir, no estoy lista para perderlo, jamás lo estaré.

Una de las chicas de Marco bajó para advertirnos nuestro descenso.

—Parece que están cerca de las terminales—Johnny se detuvo para apuntar su localizador a diferentes puntos—, al parecer esa zona se despojó debido a los continuos sismos que ha habido.

POR TI, SIEMPRE (Libro 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora