—¿Qué podemos hacer? —suspiró Jade, le enseñé como acomodar a Andrey en su regazo.
Medité un poco lo que diría, terminé de poner los cubiertos en la mesa.
—No lo sé, es un asunto que va más allá de nuestras capacidades—tomé la pequeña vela—además tenemos que solucionar una cosa por una... Audrey está pasando por un desajuste hormonal y es horrible.
Jade caminó un poco meciendo al bebé, arrugó la nariz.
—¿Es así de horrible?
Asentí lentamente, coloqué la vela en medio del pequeño pastel que horneé.
—Hay muchas mujeres que lo padecen peor, no hay que dejar que lo de Audrey sea crónico.
Jade jadeó.
—Con mucha más razón, no quiero volverme madre.
Le sonreí paciente y observé la forma en la que tomaba al bebé en sus brazos, pese a que no era suyo.
—No pongas palabras en tu boca de las que te arrepentirás.
—No seas una bruja conmigo, Rose—se mofó—, estas cositas son encantadoras, hasta que lloran y así se las devuelves a sus padres y asunto arreglado.
Iba a decirle algo, pero escuche los pasos de los tortolos por las escaleras, conversaban animadamente.
Menos mal que, aquel aberrante malentendido había pasado. Me siento culpable, debí haberle dado el beneficio de la duda a Leonard, después de todo lo que paso buscando a mi amiga.
Pero los hubiera no existen.
—No puedo creerlo, huele delicioso—exclamó Audrey entrando al comedor—¡hiciste un pastel! —chilló, se abalanzó sobre mí para abrazarme.
—No pude decirlo antes, pero feliz cumpleaños
—Oh, oh, alguien se acaba de despertar escuchando a su mami—ambas vimos como los bracitos de Andrey se movían entre el regazo de Jade—. Mira, allí esta mami, "Hola mami, feliz cumpleaños"
—Oh mon beau bebé—(Oh mi hermoso bebé), mi amiga extendió los brazos hacia su pequeño, Jade se lo tendió n sus brazos.
—Feliz cumpleaños, tesoro—le dijo Leonard rodeándola con sus brazos y mirando a su hijo sobre el hombro de ella.
Cenamos animadamente, parecía como si justo hoy, fuese víspera de año nuevo, me sentía algo vacía por no tener a mi familia junto a mí. Antes de partir, quería hacer algo para ayudarlos.
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La cena pasó felizmente y para cuando las altas horas de la noche clamaban ya dormir, me excusé diciendo que vería a Minerva.
Fuera de aquella casa, había bastantes hombres rodeando el perímetro, me dirigí hacia la choza que era específicamente para el descanso de los agentes, en donde minerva estaba, charlando animadamente con un grupo de hombres bebiendo café caliente.
—Bu... buenas noches—interrumpí sintiéndome un poco intrusa.
Minerva se puso de pie enseguida después de que todos me contestaran el saludo.
—¿Sucede algo, señora?
—No, solo venía a ver cómo estabas, pero veo que te estás adaptando muy bien.
—Si... ¿gusta algo un poco de café?
—No, no, gracias, tomen ustedes, estoy bien—pese a que el ambiente ahora se había vuelto un poco incómodo, las posiciones de todos me decían que estaban incomodos como mi presencia, pero, no iba a desistir tan fácil—pero no se preocupen por mí, sigan charlando ¿sobre qué hablaban?
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POR TI, SIEMPRE (Libro 3)
RomanceLeonard y Audrey han sido objetivos de varias personas que quieren vengarse de ellos, separarlos, destruirlos. La prueba definitiva de su amor incondicional culmina aquí. ¿Serán capaces de luchar con todo y contra todo para ser felices? POR TI, SI...