CAPITULO 15 NO CONFIO EN LOS BUENOS

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Un agujero negro se expandió bajo mis pies.

Nunca creí que viviría momentos como este, las punzadas eran arrolladoras, todo mi mundo pendía de un solo hilo y yo no estaba enterada de ello.

Leonard me hablaba a lo lejos, mi cerebro luchaba por unir todas las palabras, cada punto específico y tratar de conciliar un plan, pero nada se me ocurría.

Abrupto escuche la voz de Leonard.

Mia regina—(mi reina) sus manos acariciaron mi rostro, parpadee saliendo de mi shock. Sus ojos estaban llenos de preocupación.

—E...—me aclaré la garganta, lo tomé de la mano—estoy aquí.

Soltó un suspiro aliviado.

Unió su frente con la mía.

—Puedo estar bien—susurré.

—Se acabó—negó él.

—No—me separé un poco—debemos tener un plan—miré a Dante—¿Cómo podemos recuperar a mi hermano?

—Tener un trato con la mafia no es un simple juego—Dante se terminó su cigarrillo, aunque desee apagarle la conilla en su frente, esperé para saber si lo que decía era importante—aún no han pedido un rescate o se han contactado, no sabemos lo que están esperando.

Ellos no saben lo que esperan, pero yo si lo sé, esperan a que nos contactemos con ellos, es lo más razonable, podrían no hacer las cosas solo porque sí.

¿Por qué me proporcionaron toda la información?

Justo a mí.

¿Por qué a Leonard le mandaron una parte de Travis?

Mi pobre hermano, no puedo dejarlo así.

—Es mejor darnos un espacio para pensar las cosas—se adelantó Leonard—retírate, hablaremos más tarde.

Dante asintió y se levantó.

—No era mi intención abrumarlos de esta manera—sin esperar alguna contestación, salió del estudio.

—Creo que sigue ocultando cosas.

—También lo pienso.

—Si ellos nos mandaron esos regalos, pienso que fueron un aviso y no una amenaza.

—No quería que te enteraras de tu hermano de esa manera.

—Travis a hecho cosas, pero estoy preocupada por lo que le puedan hacer—me abrazó y me retuvo en su pecho, acariciándome el cabello en una caricia calmada—no creo que debamos confiar en los que se hacen llamar buenos.

Sopesó mis palabras y luego detuvo su toque

—Espera, Audrey, no pensarás en...

—Dije que quería conocer ambas partes.

Me tomó por los hombros y me miró a los ojos.

—No, definitivamente no.

—Escucha, si quisieran llevarme con ellos, tuvieron muchas oportunidades para hacerlo, no tengo nada de importancia, salvo que soy un capricho de su desquiciada sangre, además, ¿no dijiste que te devolvieron tu anillo? fue un símbolo de que las cosas estaban bien.

Negó con la cabeza.

—Todo terminaba allí.

—Nada termina si Darién sigue vivo—interrumpí—¿Dónde está?

Torció el gesto, recio a decirme, pero él sabía que le iría mal si no me decía las cosas.

—Helena lo estaba custodiando en Montreal, seguimos monitoreándolo, no ha hecho nada, se mantiene en el mismo departamento.

POR TI, SIEMPRE (Libro 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora