CAPITULO 18 SE ACABÓ EL TIEMPO

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8 horas antes. 

—Necesito que me lleves al centro comercial—aunque no fue una petición.

Johnny me miró receloso mientras se abotonaba su camisa.

—Ya hablamos sobre esto, es peligroso salir por ahora.

—¡Ahg! estoy harta de todo esto—exploté—, me siento asfixiada por todo esto, necesito... necesito salir a despejarme un poco.

Johnny se meció el cabello azabache.

—Nena, no puedo ir en contra de las ordenes de mi jefe.

Puse las manos en jarras.

—Está bien, cuida tu trabajo—me subí el cierre de mi bota—, pero olvídate de mí.

Tomé mi abrigo y mi bolso, le di la espalda.

—Espera, nena, por favor—Johnny me atrapó por la cintura, cargándome como un neandertal.

—¿Qué te pasa, bruto? ¡bájame!

—Estoy, seguro de dos cosas, nena—abrió la puerta—, y la primera es no olvidarte.

—¡Bájame con una chingada! ¡no te queda ponerte romántico! ¡vas a arruinar mi suéter!

Me dejó en el suelo a medio pasillo, me alejé de él lo más que pude y me acomodé la ropa, mi hermoso suéter purpura con la orilla de plumas suaves. Era la última compra que había hecho, por eso la cuidaba tanto.

—Quiero salir.

Me miró a medias lunas, frunciendo los labios en una línea recta.

Convenciendo o no, puede que no sea la mejor, pero mi sonrisa de satisfacción no me la quitaba nadie. Cuando salimos del Castelo, sentí una gran liberación, Dante no estaba, así que el siguiente en hacerse cargo de todo era Johnny, y tenerlo de mi escolta era lo mejor.

¿Quién dice que acostarse con tu escolta no tienen ventajas?

He pensado que terminar con Bruno fue lo mejor, digo, había meses en los que no nos veíamos y también su insufrible madre no hacía las cosas tan fáciles.

Conocer a Johnny estaba bien, pero, no estaba segura de que sintiera algo por él, además, él tampoco me había dicho algo. Y pensar en tener una relación nueva no estaba en mis planes, ni mucho menos quedaba con la situación.

Aunque era una aventura excitante.

—¿Te sientes mejor? —se había mantenido callado hasta ahora, incluso lo veía algo tenso.

Crucé las piernas, el pantalón negro que me había puesto, dejó al descubierto las preciosas botas negras, me dediqué a contemplarlas.

—Lo haré cuando esté lo suficientemente lejos del Castelo y relajada en un café de la ciudad... o por una pizza.

Él resopló.

—Conozco la mejor pizza de Nápoles.

—No sabes cuánto ancio probarla.

¿Cómo fue nuestro encuentro?

Simple, un hombre como Johnny no pasó desapercibido por mis encantos, un pequeño juguetito con el que entretenerme por un par de encuentros, pero conforme pasaban los meses, esos encuentros se volvieron más constantes.

Me gusta un poco, es atractivo, tiene el cuerpo de algún tipo de fuerza especial, tiene el poder de fruncir las cejas como todo un galán arrogante, incluso sus gafas de sol le sientan bien.

No pensé que fuera mi tipo, digo, conociendo mis antecedentes, he conocido a tipos de casi todo, bajitos, fortachones, con mucho cabello o rapados, tatuados hasta e rostro o sin ninguno, incluso Bruno era todo un santurrón.

POR TI, SIEMPRE (Libro 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora