Tras estar un rato ahí en el suelo mire el reloj de la cocina, eran las 9:30 de la mañana, no nos tardamos tanto en ir al parque y ver a esos dos divirtiéndose, pero me quede con una sensación muy extraña, estaba feliz y triste a la vez, no entendía bien por que es primera vez que me siento así. Mire mi celular un buen rato, unas viejas fotos y poco más de la galería, recuerdos de cuando yo era mas pequeña, y así pase el rato.
Un viento mas frio de lo normal me hizo levantar la mirada, 37 estaba parado en frente mio con una cara seria, estaba vestido igual que cuando lo vi en la plaza, de nuevo esa sensación que creo yo eran celos, volví a mirar el celular ya que sabia que solo se metería en la gema otra vez.
―¿Que te pasa?.
―Ah, perdoname, hola buenos días demonio de la gema.― Tono irónico entro al chat.
―... ¿Porqué actúas así?.―
No quería mirarlo, fije mi vista en el celular, miraba una foto de mis abuelos mientras sonaba en mi cabeza una canción antigua, escuchaba mucho las canciones favoritas de mi abuela desde su radio, me ayudaba a ignorarlo.
―Como sea, me quedare fuera de la gema, estoy hambriento.
―Haz lo que se te plazca.―
Sentía sus fríos ojos blancos en mi cabeza, la canción seguía sonando haciéndome sonreír, es algo divertida.
―Ve a comer, hay algo de carne cruda en la heladera.―
Levante la mirada de nuevo, su rostro era la de un niño confundido, rodee los ojos y seguí con mi cel. El me tomo de los brazos levantándome, seguía insistiendo en que le diga que me pasa, mantenía el silencio mientras el me sacudía mirándolo fijo a los ojos, teniendo un rostro inexpresivo, al tercer movimiento sentí el peso del collar, me había extrañado sentirlo hace un momento no lo tenía, ¿Como llego ahí?...
―Por favor mocosa, me molesta demasiado que estés con esa cara y no me digas el motivo, solo dime que mosca te pico.
―Que mierda hago con el collar puesto.
―¿De que hablas? lo tuviste todo este rato, ya te dije que-..―
Por impulso lo golpee en el rostro con la taza que tenía en manos, haciendo que me suelte y rompiendo dicha taza en el acto, sus ojos destellaron en rojo mientras el café caliente hacia cambiar de color su piel a una rojiza, me quedo mirando.
―Grrr.. ¿Como te atreves?.. ¡¿Que mierda te pasa?! ―
Sentí la necesidad de agarrar un crucifijo y golpearlo con el, me dio un tic en la mano derecha donde tenía el anillo, al mirar ambas manos note que cada vez temblaban más, las cerré con fuerza, me di media vuelta y me metí a la casa dejando a 37 de lado.
† † † † † † † † † † † † †
Esto no se iba a quedar así, para colmo el hambre no me permitía aguantar la figura humana tanto rato, me metí a la casa atrás de ella cerrando la puerta, la agarre haciendo que me mire sintiendo el cambio inevitable de mi figura, es primera vez que me ve con mi forma original, algo no estaba bien.
―Siento un aroma diferente en ti, que demonio te vino a visitar.
―No se de que chota me hablas, estuve acá toda la mañana, yo no salgo sin avisar como vos.―
Su mirada era fría a pesar de verme así, me daba incomodidad, nunca me había mirado con tanto rencor, vi que escondió las manos atrás de la espalda cuando la acerque a mi.
―Que me ocultas humana.. ¡Se que me ocultas algo!.
―¡Que carajo te importa 37!.
―¡Entiende que si vino otro demonio a verte puedes estar en peligro!.
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A Friendly Demon
RandomSofía Romero es una chica aburrida de su vida cotidiana, anhela que hayan cambios en esa rutina que debe cumplir, para su fortuna (o desgracia) su deseo se cumpliría de una manera un poco.. diferente, a lo que ella podría pensar. Historia de demonio...