A Friendly Demon

*Cap. 38

No se cuanto tiempo llevo en esta posición con Abel, seguía despierta a pesar de que el sol no tardaría en salir, se aferraba a mi como un pequeño niño a su peluche favorito, me sentía bien estando así con el, pero me ponía de los nervios. Para romper tensión decidí corroborar..

—Abel ¿Es cierto que tuviste esposa.. e ibas a tener un hijo?

—Si eso es verdad.. te lo contó 37 ¿no? —  lo note molesto, me dio algo de risa

—Jaja, si fue el, me sorprendió cuando me lo dijo nunca pensé que.. Emm..

—¿Que alguien como yo consiguiera una familia?

—No es eso, solo que no sabia que los demonios podían tener hijos con los humanos. Debió doler.

—Ella.. no llego a dar a luz, la asesinaron antes de que pudiera.

—Lo se 37 me contó.. de todas formas no me refería a eso..

—¿Mm?. —  Cuando lo mencione note que se sonrojo un poco —Pervertida. —

—No me culpes. —

Sonreí, me daba curiosidad si sería capaz de seguirme el juego.

—Siguiendo mi curiosidad.. quería preguntar si-..

—Si, estoy bien equipado.

—¿Como mierda sabias que iba a decir eso?

—Lo supuse, tocante al tema era algo obvio que lo preguntarias.

—¿De.. cuanto estamos hablando?

—¿Calibre 19?.. ¿Tal vez 20? —  Me dio escalofríos escuchar eso, me encogí de hombros.

—No te creo.

—Soy un demonio, mi figura humana puede variar, pero si hablamos de mi figura demoníaca.. Mm teniendo en cuenta que mido al rededor de dos metros y algo.. creo que ya te harás una idea.

—¿Ella te.. soporto estando demonio?

—No, tenía miedo de lastimarla, así que jamas pasó estando en mi figura normal.

—Vaya-.. — Ya no sabia que decir, estaba tan nerviosa que no podía ni formular bien una oración. Sentí que se acercó a mí cuello, dando un ligero suspiro.

—Que.. ¿Acaso tienes curiosidad?

—De.. ¿Que?

—Ver si lo que digo es real, curiosidad de si tu lo podrías soportar. —  Su tono se volvió mas coqueto y seductivo, bajo sus manos a mis muslos rasguñandolos levemente. Aunque estaba nerviosa sus palabras me sonaron a desafio.

—Se que podría soportarlo, soy bastante fuerte.

—Mm Hace momentos estabas llorando porque te sentías débil e inútil, no creo que seas capaz.

—No me subestimes idiota.

—Jaja, ¿Y esa forma tan inadecuada de hablarme?

—Perdon estoy.. tratando de-..

—No te disculpes, me agradan los desafíos. —

Era igual de competitivo que yo. Empezó a besar mi cuello, metiendo sus manos por debajo de mi remera apoyándolo sobre mis pechos.

—¿Que crees que haces?..

—¿Esta mal?.

—.. No, creo que no..

—Entonces haz silencio y disfrútalo. —

El calor de su cuerpo me hacía temblar, el rose de sus manos por mi piel, el movimiento de su cuerpo envolviéndose por el mío, me hace desear que esto llegue mas allá.