Cap. 14 Mi preocupación

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[Narrador]

37 Aprendió la lección de avisar antes de salir a cometer homicidios por su apetito voraz, Isabela parecía estar más tranquila, aunque seguía sin hablar con respecto a su diario raro, por parte de Sofía ya estaba teniendo ideas de como lidiar con ambos entes, aunque el dueño del anillo no haya aparecido de nuevo desde su último y primer encuentro, creo que entre más tiempo pasaba las cosas iban cambiando, pero nadie sabe si para bien o mal.

Ya es inicio de Junio, la rutina seguía pero con pequeños desligues demoniacos, se me hacia más cómodo pensar en cosas de esas a que prestar atención a las clases de matemáticas, en las de literatura al menos leemos cosas de fantasía que me ayudan a llevar el tiempo, en fin. Si había algo que me molestaba un poco, según compañeros se empezaba a hablar mal de 37, o como ellos lo conocen, Marcos, diciendo cosas que antes yo no daba mayor importancia, pero que llegaron a mis oídos poco después.

―¿Segura de que quieres saber de que se trata?...

―Si, es mi responsabilidad de todas formas.

―Emm.. no lo creo, Sofi.

―Solo dilo de una vez, queda misterioso que estemos tan alejadas de la escuela para hablar y  me estas desesperando.―

En el segundo recreo antes de que Isa se me perdiera para escribir en su recalcado y putisimo diario, la tome del brazo llevándola hasta atrás de la escuela, un lugar donde sabía que podíamos hablar tranquilamente, ya que ella escuchó sobre esos rumores pero no se animaba a decirlo en público, ahora no tiene excusa.

―Ya calmate.. no tengo que decirte nada, miralo por tu cuenta.―

Me mostro una pagina de noticias desde su celular, en el cual aparecía de portada una imagen borrosa de la versión humana de 37, escondido entre unos matorrales todo manchado de sangre, junto a un párrafo mas largo que versículo de biblia diciendo que este sujeto era un asesino suelto que se vio en diferentes sitios según testigos, pidiendo su captura de forma urgente, esto si era un rumor creíble. Isa me estaba mirando fijo con una cara de preocupación, ahora entiendo algo pero me falta el maldito diario.

―Quiero que mantengas la calma ¿Okey?, por algo no podía decirlo en frente de todos.

―¿Y porque no? ¿Acaso es algo raro si esta en boca de todos?

―Eemm.. no pero pensaba que si te lo mostraba te ibas a enojar o algo así por eso.. quería que fuese en privado.―  Algo de mentira contenía su hablar, ahrre poeta.

―Aja, okey.. ¿Si sabes que cuando me mientes tiendes a mirar a los lados y no de frente? Te conozco demasiado bien.―

Quedo en silencio moviéndose de lado a lado, apenas sonó la campana para volver a la escuela ella salio disparada con lo que vi yo, un leve rubor en la cara, que boluda. Se que había algo más pero no quería presionarla.

Durante a clase pude ver a 37 bastante tranquilo, como si no estuviese enterado de nada, a la salida el se había comprado un helado de frutos rojos, caminaba a mi lado diciéndome que no entendía nada de nuestras clases pero que de todas formas sabia como conllevarlas, en lo que yo miraba como el helado se derretía por el costado de su boca hasta casi su cuello.

―Que tanto me ves, pareces una loca acosadora.

―¿Que ese helado parece sangre?.―

El parecía no entender la obvia indirecta, hasta que se dio cuenta que las personas lo miraban de forma extraña, se relamió mirando al frente, esto me preocupaba. Empece a correr hacia el parque, se sorprendió pero me seguía el paso gritándome para que me detuviera, al llegar me escondí en un castillo de plástico cerca de los juegos, no se tardo mucho en encontrarme, estiro la mano para sacarme de ahí pero le mordí dejando una marca considerable, se hizo sombra metiéndose junto conmigo al juego, tomando de nuevo su forma humana.

A Friendly DemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora