Cap. 28 Trato especial

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-¿Que? ¿Acaso no es ese tu nombre?.-

-Como sabes eso, ¿Quien eres?.

-Déjame darte una pista. -

Aquel niño se sentó en mis piernas mirándome de frente, puso sus manos en mi pecho aún con esa mirada inocente.

-¿Ahora me reconoces?. -

-No, y te pediré que te bajes por favor, no quiero tener que lastimarte.

-Oh, que lastima... Esto debe funcionar. -

Se acercó más besándome, apenas lo sentí intenté tomarlo de la cintura para apartarlo, el me sujeto las manos con fuerza, no podía sacármelo de encima.

-Que rudo eres, fue solo un beso, haz echo peores cosas conmigo Abel.

-Te repito, No se quien eres.

-Ow jaja, 409 ambos sabemos que te gustan menores. -

Me quedé en blanco, sus ojos se volvieron anaranjados, sentía su cuerpo más frío, desde la punta de sus dedos hasta la palma de sus manos se volvieron de un leve color azul oscuro, su figura estaba cambiando me quedo claro que era un demonio, me puse alerta sin quererlo, note el brillo celeste de mis ojos en el reflejo de los suyos.

-Eres..

-Vaya mente de humano que tienes, soy Eliot, el demonio 132-AG... ¿Acaso ya me olvidaste?. -

Lo recordé, cerré los ojos con fuerza rogando que fuera un mal chiste, o una pesadilla.

-Maldita sea, que carajo quieres ahora de mi.

-No vine en busca de eso, vine por negocios. Últimamente estas comportándote extraño, ya casi no vas al infierno... ¿Estas rompiendo las reglas?.

Jugaba con mi cabello desordenadolo, me miraba el cuerpo, el rostro, todo menos los ojos, había olvidado lo incómodo que era este niño.

-No estoy incumpliendo ninguna norma, los humanos están siendo asesinados, hago lo que se ordenó, tenemos un caso especial con 37 que requiere de más tiempo.

-Oh... y ese caso especial, ¿Involucra la deslealtad al infierno?.

-Claro que no.

-Estas desobedeciendo ordenes Abel, el límite son 3 meses, ustedes dos par de diablillos ya pasaron 5 aquí en la superficie. No hay excusas cariño.-

Me costaba aceptar pero tiene razón, me deje estar demasiado tiempo por culpa de 37...

-Okey okey lo admito, es un error, pero pronto terminaremos con esto.

-Claro que lo harán, porque pretendo dar el informe a los príncipes.

-¡¿Que?!. ¡No puedes hacer eso!.

-Te recuerdo que también soy miembro de las estrellas tesoro, puedo hacer lo mismo que tu, pero mejor.

-Eres.. un maldito.. niño mal criado...-

Mi figura demoníaca estaba saliendo, no podía controlarlo.

-Es lo malo de creerte superior a los demás, mírate. Te dejas llevar por el pánico que tienes, no creo que tu miedo sea el ser desterrado, porque tu padre puede salvarte el culo... Tu miedo, es que le ocurra algo a las humanas que están contigo ¿Verdad?.

Puse mis manos en su cuello, los apreté contra el volante sin tocar la bocina, concentrando la fuerza en mis manos precionando su cuello, estaba ciego...

-No las menciones, ellas no tienen nada que ver aquí.

-Ouh-.. Que.. Bien se siente.-

El también empezó a cambiar, se hizo mas pequeño, lleno el interior del auto con aroma a dulce, cubriendo las ventanas de escarcha rojiza, acomodo su cuerpo de tal forma que quedara sobre mi cintura, enrosco su cola por mi abdomen enterrando pequeñas garras en mi piel.

-Entiende esto Eliot. No me provoques, porque si quiero puedo matarte ahora mismo y lo sabes.

-Si lo haces vendrán por ti... bien lo sabes... Diana esta enterada de mi plan, vendrá a buscarme si no regreso-... te van a matar junto a37.. y ellas..-

Apreté con más fuerza llegando a desmayarlo, me relaje un poco recostándome en el asiento, vi la sombra de las personas asomándose al auto tratando de ver el interior, mi señal de escape. Aparte al niño y me puse en marcha, no quería ir a la casa de nadie por si acaso, me salí de la ciudad en poco tiempo.

Estacione el auto a un costado, me acerque a un lugar donde había algo de tierra suelta, corte mi brazo creando un círculo con la sangre, en su interior dibuje la estrella poniendo en cada punta un símbolo diferente, mi idea era devolverlo al infierno. Una vez que el portal se abrió, mi forma demoníaca se terminó de realizar, era más alto con rasgos diferentes... Cuando abrí el auto el niño no estaba en el asiento, levante la mirada recibiendo un golpe de su parte, Retrocedí, el salto sobre mi empezando a rasguñarme y pelear conmigo, algo inútil, porque soy más fuerte que el.

Lo llegué a golpear contra el auto, la puerta seguía abierta, se quedó recostado por el asiento mirándome.

-Cuando regrese al infierno, avisaré a todos en la organización de que el demonio de tortura 409-Z se volvió Verónica.

-No te atrevas a mentir de esa forma.

-Lo haré, sabes bien que lo haré Abel.-

Me acerque a el, lo sujete de su cola levantándolo frente a mi.

-Bien, hagamos un trato. ¿Que quieres a cambio de tu silencio?.

-Dime tu que estas dispuesto a ofrecerme.

-Lo que sea, con tal de que cierres esa pequeña y jodida boca.

-En ese caso... ¿Que te parece que me otorgues parte de tu poder?. Es sencillo, puedes darme favores o darme la esencia directamente, ya con eso estaré en silencio hasta que me falles.

-Prefiero dártela, no quiero alejarme de la tierra.

-Vaya que si estas enamorado...

-Dime ya como darte la energía para poder irme.

-Pues... -

Dirigió sus ojos directamente a mis piernas, rodee los ojos soltandolo.

-Tsh, me sigo preguntando porque tienes rasgos de lujuria si ninguno de tus padres es de esa rama.

-No es por ser lujurioso, mi padre es de Gula, me gusta comer pero también recibo energía de ello, así que necesito comer para tener energía.

-¿Solo comer?.

-Bueno... tragar, si me entiendes ¿No?. - Odio a este idiota.

-... carajo, lo que hago por querer algo de paz. Esta bien, te daré lo que deseas.

-Entonces caballero, tenemos un trato. -

Se aferro a mi torzo subiendo hasta mi rostro, me volvió a besar mientras me acariciaba el cuerpo, tuve que seguirle el juego, ya me daba igual tener que hacerlo con esta escoria, con tal de que me deje en paz.


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