Cap. 37 Herida profunda

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Cuando estaba por entrar a su carpa Abel sintió aroma a sangre, lo cual hizo que se preocupara un poco. Cuando ingreso vio a Isabela llorando mientras trataba de colocarse remedio en un costado de su torso, lo miró sorprendida, se sonrojo por el inesperado encuentro.

—A-abel..

—Pequeña ¿Que te paso? ¿Estas bien?

—Si, solo que.. me lastime hoy cuando jugábamos en el arroyo y no me había dado cuenta..  hasta hace poco. Estoy bien.

—Mm, entiendo, déjame ayudarte. —

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Como no había notado el daño antes.. Veo que no tiene el anillo que le di hace un tiempo, ya no importa, debo estar más atento.

Me senté a su lado, ella estiro sus brazos abrazándose a sí misma permitiéndome acercarme, aparte un poco los medicamentos mal aplicados mirando su herida, era bastante profunda, sentí algo de culpa ya que tal vez fue cuando la lance desde las cascadas. Suspire, limpie los restos de medicinas mojando un nuevo algodón, di toques ligeros sobre su piel dañada.

—Auh-..

—Debes aguantar, es bastante profunda y por ti misma no podrás curarte. —

Desinfecte lo mejor posible, luego puse una venda al rededor de su torso, un simple parche no podría bastar para cubrirlo. Sentía una energía triste viniendo de ella, la escuchaba sollozar por lo bajo y su cuerpo temblaba, decidí calmarla con un cálido abrazo por su espalda.

—Cuantas veces te dije que no te muestres bulnerable, me dan ganas de matarte. —  Dejo de temblar cuando me sintió, bajo aún más su cabeza.

—Lo siento, no me siento muy bien, me siento algo inútil y débil..

—¿Acaso buscas hacerme enojar? No digas esas estupideces por favor.

—Lo.. siento..

—Deja de disculparte.

—Perdon-.. —

Tome su menton haciendo que me mire, algo que no tolero es que acaben con mi paciencia, fue un impulso. —No vuelvas a decirlo. ¿Entendido?. —

—Si-.. señor.—

La solte tras mirar sus ojos por momentos, me recosté por las frazadas y almohadas de la carpa haciendo que ella se recueste por mi pecho, acariciaba sus brazos, me llegó un instinto de querer protegerla al notarla tan bulnerable.

—Los voy a extrañar..

—¿Disculpa?

—Escuche tu charla con 37.. estuve despierta toda la noche. Los voy a extrañar cuando se vayan.— Mantuve el silencio un momento, la abrace más fuerte.

—No pienses en eso, estaremos bien no iremos a ninguna parte, es solo un pequeño idiota que-..

—¿Y si no es así?. ¿Y si se van.. o mueren? No quiero perderlos..—  Sentí como colocó sus manos sobre las mias, acurrucando su rostro en mi cuello —No quiero perderte, Abel.. —

Sus palabras eran dulces, me llego esa sensación de nostalgia, siento que no me puedo dar el lujo de perder la batalla, no esta en mis planes el perder, no permitiré que ocurra de nuevo, no voy a perderla. Agache la cabeza sobre su cuello cerrando mis ojos, sintiendo el aroma de su piel, un perfume natural que aprendí a amar en este tiempo que llevamos juntos.

A Friendly DemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora