Cap. 30 Ataque

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-Bueno, ahora ya sabes lo que le pasa.

-Sip... estaré más tranquila. -

Se que es un poco exagerado de mi parte preocuparme tanto por un demonio, pero es que ese demonio ya había ganado un pequeño lugar en mi corazón, desde aquella noche en la que me dio de comer esa manzana me e sentido realmente cercana a el, no se por que. Se siente bien ser su amiga, lo quiero mucho y no quiero que algo malo le pase.

-Creo que deberíamos apagar el micrófono, ya sabes como esta así que...

-Si, ¿Que tal si nosotras vamos a mi casa a ver películas en lo que ellos terminan de hablar?.

-Suena bien, vamos.-

Estábamos por apagar el micrófono cuando escuchamos un ligero gruñido, seguido de una especie de estática, miramos ambas a la cafetería, Abel tenía la cabeza hacia atrás cubriéndose los ojos, los quejidos se hicieron más fuertes, cada vez más parecidos a los gruñidos de un animal, decidimos no apagarlo y observar.

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-¿Abel?... ¿Ahora que te pasa?.

-Nada solo-.. mis ojos me duelen, demasiado..-

Estábamos hablando bien, el había terminado su café, yo estaba terminando de comer, íbamos a irnos de casería cuando acabará, de la nada se quedó callado, agacho la cabeza cubriéndose con una mano quejándose de sus ojos, luego tiro la cabeza hacia Atrás de forma brusca ahora cubriéndose con ambas manos, note sus garras salir, su esencia se notaba más, me levante acercándome.

-409 no es momento de hacerte demonio hay demasiados humanos aquí, ¡¿Que carajo te pasa?!.

-No lo se... ¡No lo se!. -

Sentí algo detrás de mi, me voltee y ahí estaba el jodido mesero, estando de pie pude verlo mejor, era pequeño como un niño pero su esencia era otra, me confundía, sus ojos brillaban en un rosado cristalino, no podía dejar de ver sus ojos, hasta que note que me dio apetito, deje de mirarlo sacudiendo la cabeza.

-¿Pasa algo caballeros?.

-¡Nada! Tenemos que irnos. -

Levante a 409 saliendo del lugar casi corriendo, el se tambaleaba, note que empezó a salivar, todo se puso muy raro. Vi hacia atrás, las niñas me estaban siguiéndo, llegué a un lugar del parque poco habitado arrodillandome en el pasto con Abel.

-¡Hey! ¡Reacciona!. -

Levanto la mirada hacia mi, sus ojos eran morados con la pupila rosada, rasguño mi pecho haciendo que me alejara, se abalanzó sobre mi intentando morderme, estaba fuera de control.

-¡¿Que mier-..?! ¡Abel controlate! ¡Que carajo crees que haces imbécil!. -

No respondía, solo gruñidos y su cuerpo transformándose. Las niñas llegaron, Sofia se puso delante de Isa, ella tenía los ojos verdes parecía muy asustada, ¿Que estaba pasando?.

Me transforme yo también, a este paso iba a matarme si me descuidaba, olvidé por un momento que estábamos en el mundo humano empezando a pelear con el, hasta tratar de calmarlo.

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Notamos el escándalo, el microfono solo emitia estatica asi que lo apagamos, cuando salieron de la cafetería corrimos atrás de ellos, se detuvieron en una parte boscosa del parque empezando a pelear como animales, hace un momento estaban riendo y ahora... ¿Que paso?. Me puse frente a Isa por si alguno se atrevía a hacer algo, no quería que la lastimaran.

Pelearon un rato, 37 seguía preguntándole que pasaba, tratando de calmarlo de alguna forma, ambos estaban lastimados y 409 lo atacaba como si fuese su presa.

-Sofi.. ayúdame-.. siento que voy a desmayarme.

-No seas dramática.

-Posta te digo tarada... me siento-..-

Y efectivamente se desmayo, me arrodille sujetándola, en la desesperación no me controle y pegue el grito a ambos para que dejen de pelear.

-¡Paren ya manga de pelotudos! ¡¿No se dan cuenta el quilombo que están armando?!. -

409 se volteo mirándome, verlo así si me dio miedito, abrace a Isa con fuerza, vi como de un golpe durmió a 37 colocándose en 4 patas, parecía un puto animal rabioso sediento de sangre, se me acercaba gruñendo, lamiendo sus labios por tanta saliva que salia de su boca. Salto sobre nosotras, empujó a Isabela contra un árbol subiéndose sobre mi, sujeto mis manos clavando sus garras, trate de patearlo pero no le hacía nada, me empezó a lamer el rostro y el cuello, llegué a sentir asco y ganas de llorar del miedo.

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Nunca vi algo tan fuerte, era unico pero aterrador, ante la situación llegué al desmayo, no fue intencional pero juro que la mezcla de sentimiemtos hizo que perdiera conocimiento, desperté en un lugar oscuro parecido a la oficina de 409, una mujer apareció frente a mi de la nada, era totalmente blanca, su cabello era color crema y sus ojos blancos, parecía ser un ángel. Se acercó a mí tocando mis mejillas con cuidado

-Permiteme usar tu cuerpo un momento, pequeña Isa, prometo que no saldrás lastimada. -

De ahí, recuerdo haberme dormido, no sentí nada más.

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Apenas desperté del golpazo que me dio 409 pude ver como estaba tomando la sangre de Sofía, trate de arrastrarme y sacarlo de encima, llegué a subirme a su espalda pero me sacó fácilmente, estaba débil como para seguir peleando, no quería rendirme. Vi que Sofía se desmayo, ese idiota tomó demasiada sangre, debía detenerlo... ¡Tengo que detenerlo!.

-Apártate 37, come esto y descansa, debes reposar. -

Un perfume dulce me adomercio el cuerpo, cayó en frente de mi una bolsa de papel con carne dentro, carne pura. Mire adelante, sentí una pulsación fuerte en mi pecho, era la misma chica que había entrado al cuarto la última vez, la misma que creo escándalos sabia que era ella, ¿Que mierda quiere aquí? Vi como se acercaba a 409 sin que lo notara, lo agarro por atrás con una cuerda dorada con negro que amarro a su cuello como por arte de magia, más cuerdas salieron del suelo sujetando sus manos y piernas, alejando a Sofía de él.

-Te dije que comas. Eso te va a recomponer, confía en mi por esta vez. -

Si bien parecía ser ella, su comportamiento era diferente, era más sutil y segura, más calmada y cálida, no como la última vez. Confiando apenas en su palabra comencé a comer la carne que me dejo, mientras veía como curaba a Sofi, mientras 409 batallaba por soltarse.

-Lamento mucho el desorden, esto lo causó mi compañero...

-Dile a tu criado que no se meta donde nadie lo llamo, mira como dejo todo.

-No soy su niñera el sabe lo que hace, aunque si, tienes razón, dejo un verdadero desastre aquí. No te preocupes Sofía estará bien. -

Se acercó a 409, tomando sus mejillas susurro unas palabras que no llegué a escuchar, haciendo que poco a poco el cayera dormido al suelo. Las sogas desaparecieron y la chica se sentó al lado de ambos.

-No menciones que me viste, no digas nada, todo saldrá bien. -

Dijo, para luego levantar la cabeza liberando un humo extraño en color blanco que me hizo cerrar los ojos, picaba muchísimo como si fuera gas pimienta, fregue mis ojos recuperando la visión, ella ya no estaba, en su lugar estaba Isa acostada en el pasto, los tres estaban dormidos. Medio confundido termine de comer el trozo de carne recuperando mi fuerza casi por completo, pude curar mis heridas y tener mi figura humana de nuevo, me quede sentado esperando a que despierten.











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