Cap. 15 - 409/Abel

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Los vi alejarse de la mano en dirección al hogar de la pequeña, que raro, el anillo me había avisado de que ella estaba siendo lastimada, quería prevenir un ataque con un somnífero de color rojo, porque pensaba que era un ladrón o algo así que la había atrapado, pero salio como si nada hablando con 37, luego tendré que ver que paso.

—Hey, si viniste.

—Te dije que aquí estaría luego de tus clases, ¿Como estas Isabela?.

—Algo cansada, ¡Pero estoy bien! ¿Te parece si vamos a comer? No tuve tiempo de comer nada durante la mañana.

—Claro, por aquí hay un lindo lugar donde podremos comer tranquilos.—

Conocer a esta niña era parte del plan para eliminar a Sofí, fue hace no mucho, me presente ante ella como un estudiante de medicina que accidentalmente choco con ella a la salida de su instituto, un día en el que Sofí no estaba por haber faltado, momento perfecto para encantarla y acercarme a ella como un amigo, suena muy de películas pero eso les gusta, además encuentros así jamás tendrán en su vida.

Luego de unos días empezamos a vernos después de sus clases, la llevo a comer, hablar y de más, facilmente me gane su cinfianza, entre tantas cosas absurdas me platico de un amigo en común con la presa principal llamado Marcos, un nombre original para 37, me dijo que se sentía insegura con el, que si podía ayudarla a hacer algo al respecto, ahí se me vino una idea a la cabeza, alejar a 37 dejándome el paso libre.

Le di un diario donde podría escribir todo lo que quisiera decirme en cualquier momento sin que yo tuviese que estar presente, era como un chat de celular pero un poco más original, odio las cosas tecnológicas, así estuvimos comunicándonos durante semanas.

—Y bien, ¿Ya decidiste el menú del hoy honey?.

—Bueno, me dijiste que te gusta mucho la carne así que.. ¿Que tal filete?.

—Je, veo que eres atenta a los detalles, me parece bien, comamos eso.—

Trato de dialogar más con ella sobre cosas que no tengan que ver con Sofí o 37 para que confié más en mi, a decir verdad no dice nada llamativo, romances que no sirvieron o dramas familiares cotidianos, nada que fuese tan importante proviniendo de un peón como ella. 

—Oye pequeña, ¿Salio bien lo de la foto?.

—Ah si, hice todo al pie de la letra lo que me sugeriste. Lo lleve a la policía reportando que lo vi en las afueras de la ciudad, con cuerpos de jóvenes que casualmente estaban desaparecidos. Me sorprendió mucho verlo en una situación tan asquerosa..

—¿Recuerdas que te dije que ese chico era peligroso? Ahí están las pruebas. Yo que tu tendría cuidado si te juntas con tu amiga y esta el presente, no sea cosa que ustedes dos sean las siguientes.

—No lo creo, Marcos es buen chico, es arrogante y algo misterioso pero divertido. No sería capaz de hacernos daño.

—Ya veo... jaja vale, pero que no se diga que no te lo advertí.—  Que maldito fastidio.  —Ah, casi lo olvido, tengo otra foto del muchacho en cuestión, quiero que hagas lo mismo que hiciste con la anterior, no es seguro que ande suelto por ahí.

—Esta bien, pero ¿De donde carajo sacas las fotos? Que yo sepa Marco nunca sale de noche.—

Tome una pausa para tomar un trago de agua cerrando los ojos un momento, que digamos no es muy difícil imitar la figura humana de 37, es bastante básica, pero al hacerlo tengo un pequeño defecto, mis ojos siempre se mantienen celestes, nada que algo de edición no arregle, manipular humanos para que lo hagan es parte del oficio, aunque obviamente no podía responderle eso. Deje el vaso mirándola cálidamente 

A Friendly DemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora