Cap. 10 Biblioteca

11 2 0
                                    


Luego de unos días (Como todos los caps llegan a pasar días y puff) Isabela propuso ir a la biblioteca para estudiar mas sobre el infierno y esos seres, tal vez en un intento de acercarse más a 37 o que se yo, ta media loca esta piba, y no pude decirle que no porque aaaw su carita. Estábamos arreglandonos para encontrarnos con Isa.


―Muy bien niña, ¿Me recuerdas a donde íbamos a ir hoy? Así se si debo comportarme con tu jodido esclavo.

―Na tranqui vamos a una Biblioteca publica, es un lugar lleno de libros y cosas en donde uno puede informarse, muy aparte de las personas intelectuales. Capaz encontremos algo que no encontré en internet.―

Me di media vuelta para verlo, y vaya que me lleve una sorpresa boludo, 37 estaba con una hermosa camisa azul y jeans negros, maan terrible facha. Me reí un poco de El pero con buenas intenciones, creo que fue mas de nervios que por otra cosa no suelo verlo así, tengo la imagen del demonio que vi la primera vez.

―Mmm.. Banca, te falta algo.―

Fui al cuarto de mis padres, tome un perfume de mi Dad y volví para bañarlo con el, cuando vio lo que tenia en manos abrió los ojos, apenas le eche un poco se retorció en el suelo re dramático, se cubría el rostro con las manos mientras trataba de levantarse, con sus piernas el muy hijo de la gran puta me tiro al suelo.

―¡¿EU QUE TE PICA?!.

―¡A TI! ¡ESA COSA ME QUEMO!.

Me arrodille en el suelo mirándole con una cara de orto mal, hasta que note que ciertamente le salía vapor del rostro, medio que me asuste así que me acerque sacándole la mano del rostro, vi como a pedazos se caía parte de su piel como helado derretido, uno de sus ojos se torno rojo con apenas una débil línea negra que era su pupila. Di un salto atrás, el se me encimo poniendo sus manos en mi cuello haciendo que me acueste en la puta cerámica helada, ¡me estaba quedando sin aire!

―Maldita zorra.. ¡Si esa cosa era o contenía alcohol obviamente me iba a quemar!.

―Que.. ¿tu piel tiene.. fragmentos de pólvora o.. que?...

... Tsh.― Al notar que no podia respirar por fin me soltó, tosí medio pulmón pero todo bien, cuando pude calmarme me levante.

Mire a todos lados y el pibe simplemente se desapareció, mire el collar y nada, ni un brillo o cosa extraña que me diga que estaba allí, revise mi cuarto o el baño y nada, hasta que un chillido me impulso a revisar el patio, y estaba en la entrada

―¡Seven!... oh.―

Preste mas atención, Isa lo estaba abrazando, se le escuchaba preocupada

―Estas todo lastimado ¡¿Que te paso?!..

―Nada niña, no tienes que preocuparte tanto.―

Okey, me parece algo extraño y a la vez no que ella este tan apegada a 37, ella tenía sus manos en el rostro derretido del demonio, que poco a poco se iba restaurando, me daba algo de incomodidad verlos así.. ¿Acaso estoy celosa? bue, que boludez. Me acerque para saludarla, recibí un apretón de mejillas y un mini reto por según ella ser responsable de sus marcas, notaba de reojo la leve sonrisa del taradito, que rabia.

―¡No te estreses! ¡el me conto que es porque su piel es de lava! ¡se quemo cuando le quise poner perfume!.

―¿Eh?.. ¡No digas idioteces, nunca dije que mi piel fuera de lava!.

―¡CERRA EL ORTO!.

Ya mas relajada pudimos organizarnos para ir a la maldita Biblioteca.

Muy bien, entiendo que fue mi culpa no avisarle que tengo cierta alergia a algunos de los químicos humanos, creo que es mejor que ella crea que mi piel es de lava antes de exponerme a semejante humillación, caminaba atrás de las chicas que iban ha...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Muy bien, entiendo que fue mi culpa no avisarle que tengo cierta alergia a algunos de los químicos humanos, creo que es mejor que ella crea que mi piel es de lava antes de exponerme a semejante humillación, caminaba atrás de las chicas que iban hablando de no entiendo que, miraba lo extraño de la ciudad humana, la mayoría parecen despreocupados, otros pocos deprimidos o que tienen problemas, pff, por gente así es que el jodido infierno esta con sobrepoblación, en vez de arreglar sus dramas los empeoran estando en ese jodido estado, que repugnante, aunque supongo que no debo quejarme ya que de esas personas se obtiene alimento del mas puro y delicioso que de las personas felices.. Aun así me repugnan. 

Entramos a un gran edificio en el cual no nos permitían hablar fuerte, el silencio y calma que se sentía en ese lugar era tan agradable, las personas al parecer estaban en mundos diferentes, nadie molestaba a nadie, wouh. Fuimos al fondo de los largos pasillos llenos de libros antiguos o nuevos, algunos llamativos y otros que ya de verlos te da sueño.

―Levantame que ya vi lo que buscamos.

Me pidió la niña del collar, la noto algo seria desde que salimos de su hogar, no se si es normal o no me es difícil diferenciarlo por su cara, siempre luce molesta, la levante para que tomara un libro mas grande que mi cabeza, una ves que lo obtuvo intente hacer algo para hacerla sonreír, lo vi en películas humanas. La hice caer en mis brazos como una princesa, obviamente su rostro era de susto pero en sus ojos vi cierto brillo al verme el rostro tan de cerca, sus mejillas se coloraron dándome algo de ternura, la baje con cuidado cuando la vi hacer una boca de pato con los labios, supongo que es una clase de sonrisa, luego ambas chicas se sentaron en una mesa a leer ese libro mientras yo solo me paseaba por el lugar.

Compre un café con algo de dinero que tenia en el atuendo, miraba a las personas leer y yo también revise uno que otro libro, nada tan importante a decir verdad, contienen mucha imaginación la mayoría de esos relatos.

―Mmmm.. veamos si es verdad que..― 

Encontré uno de los libros mas peligrosos para un demonio, la santa escritura, una biblia. La tome con algo de miedo pensando que me iba a quemar pero nada, ¿en serio? ¿Un estúpido perfume me saca medio rostro y esto que se supone espanta a los demonios ni siquiera me hace cosquillas?... como sea. Mire que el filo de sus hojas era un resplandeciente tono dorado, la abrí y me anime a leer un pequeño párrafo de ella.

"Pero de aquel día y hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre"... Mateo 24:36 ..Okey no entendí nada, siguiente pagina al azar.―

Sentí un cosquilleo en la espalda al dar vuelta las paginas, como si alguien me estuviese observando, mire a todos lados sin ver a nadie, se me hace un poco extraño pero ya que, me recosté por la pared para seguir mi lectura

―¿Isaías? Veamos.. "¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo."...

Detuve mi lectura al percatarme de lo que estaba leyendo, Lucero.. esa palabra me era familiar, me daba cargo de conciencia, entre mas veía ese párrafo mas extraño me sentía, casi rozando un sentimiento de debilidad, termine por soltar la biblia y caer recostado al suelo sin despegar los ojos de sus paginas, sentía nuevamente ese cosquilleo curioso recorrer mi cuerpo, empecé a temblar de la maldita nada, estuve así unos momentos hasta que por una u otra razón perdi control de mis acciones.

A Friendly DemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora