Sofía Romero es una chica aburrida de su vida cotidiana, anhela que hayan cambios en esa rutina que debe cumplir, para su fortuna (o desgracia) su deseo se cumpliría de una manera un poco.. diferente, a lo que ella podría pensar.
Historia de demonio...
"Aquel que predique en nombre de Lucifer no esta errado, pero aquel que predique en nombre de Satán, es un traidor."
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Se dice que aquellos demonios que son creados sin un alma humana de por medio, mas concretamente los decendientes de avaricia o soberbia, es una versión pura del enojo y tristeza que Lucifer porta, tal vez sea un simple mito o una realidad. Isa y Sofi se pasaron un gran rato estudiando demonología en viejos libros hasta agotarse, pero al buscar a 37 para regresar a casa, no lo hallaban por ningún lado.
☆
―No tengo idea de donde habrá ido, pero relajate ya aparecerá.
―Estaría tranquila si se tratase de un gringo acá en Argentina, pero resulta que este proviene del infierno y nos pueden sacar la cresta si lo descubren.―
Con Isa escuchamos gritos y escandalo proviniendo de fuera de la biblioteca, corrimos por los mini pasillos de libreros hacia un montón de gente que estaba en la entrada, al mirar más de cerca no sabia si gritar, asustarme o salir corriendo. Ambas vimos un chico alto de piel grisácea, piernas con un pelaje rojizo y garras en sus píes, unas marcas extrañas cubrían su piel como si fuesen grietas o relámpagos raros color negro, estaba ahí parado mirando al cielo perdido de la vida, como si no se diese cuenta que hay como 40 personas a su alrededor, unas alas rojizas como si estuviesen bañadas en sangre fresca se desplegaron de su espalda, dio un salto para alejarse volando al interior de las nubes, las personas empezaron a enloquecer.
―Okey, esto es lo peor que nos pudo pasar hasta ahora.
―Calma Sofi, aun tienes ese collar por lo tanto no se fue para siempre.
―Eso no es lo que me preocupa.. Ay como sea, vámonos de acá que escuchar predicadores sobre la llegada del juicio final me esta sacando de onda.―
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Caminamos desde la biblioteca hasta una plaza algo alejada de la gente, nos sentamos al borde de un arrollo a pensar bien que hacer, mire la gema de mi collar sintiendo un peso algo extraño.
―Che Sofi, ¿Que te pasa?.
―No se boluda, me da unas ganas de salir a correr al monte, que se yo.
―¿Al monte? jaja no digas pavadas.
―Posta te digo tarada.. se siente raro.― Mire al agua aun sujetando el collar, capaz el demonio ese me estaba llamando, o yo estaba delirando.
Mantuvimos silencio durante un tiempo, Isa puso música en su celular.
―Oye, aprovechando el momento, vi que te molesto un toque que hubiese abrazado al demonio ese en tu casa, ¿porque fue?.-
Porque pico Apreté la gema al escuchar esa puta pregunta, la re concha de la lora. ―No se, me dio un escalofrió en el estomago.
―¿Eh? jaja ¿Como que un escalofrió en el estomago?.
