Cap. 22 Adios

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Esto es el colmo, a parte de mencionar cosas que no entendía, hablaban de mi como si no estuviera presente, ya me estoy hartando.

—Mira, esto ya empieza a aburrirme un poco, que te parece si hacemos un trato, compañero, déjame comer mi parte ahora y te la dejo hasta fin de año, ¿Te parece?.—

—Imbécil... No obtendrás nada de ella, es mía.—

—¡Quieren por favor dejar de tratarme como un trofeo!.—

Ambos guardaron silencio, sentí como me soltaron levemente, pude respirar sin que me doliera al hacerlo, me ayude por el pecho de 37 para hacerme a un lado, quede en el suelo sentada sobre los vidrios bajando la cabeza, el cabello me cubría el rostro, puse mis manos sobre mis muslos tratando de detener la sangre siendo algo inútil, sentía el ambiente pesado mientras me miraban atentos.

—Ya me canse de esto. Isabela y yo salimos perjudicadas por su culpa, me canse de que me persigan para matarme como si fuese un puto venado.—

Me puse de pie, ya no me importaba el dolor que estaba sintiendo en el cuerpo, simplemente quería irme de ahí. No dijeron nada, apenas vi que 37 hizo una mueca, Abel por su parte se puso más molesto de lo que ya estaba, agarre una de las remeras más grandes que pude encontrar, mientras buscaba escuchaba gruñidos raros y gruñidos, sentía un aroma a azufre que me mareaba, me coloque la remera agarrando mis borceguís saliendo del cuarto.

—Niña... ¡Sofía espera!.— Me intento tomar del brazo, me di vuelta golpeándolo en el rostro con las botas

—No me vuelvas a dirigir la palabra en toda tu puta vida 37, ¡Piérdete!.—

Me quedo mirando asombrado o más bien triste, su apariencia empezó a cambiar, mire por un momento al cuarto, Abel estaba de pie en la puerta como una sombra o una ilusión, no veía su rostro solo sus ojos azules fijos en mi, la sombra proyectaba sus cuernos y garras, era mucho más alto estaba encorvado para poder caber dentro de la casa.

—Akemi...—

Mire de inmediato a 37. Me congele, quería llorar, abrazarlo. Note la figura que tuvo la otra noche, el pelo rojizo y rizado, los ojos color miel... empezó a acercarse, esa presencia angelical otra vez.

—Por favor, dijiste que entendías el porque...—

Se de que habla, no es primera vez que se refiere a mi como "Alimento" pero esta vez se paso, lo perdone demasiado, además mi cuerpo cada vez estaba peor sentía que las heridas se infectaban.

—Olvídalo 37.—

Lu-...—

Seven volteo mirando a 409

—¿Que? ¿Como que Lu?.—

Niña, te recomiendo que salgas de aquí. Vete.

Retrocedí, 37 se levanto mirándolo, lo empujó dentro del cuarto cerrando la puerta, escuchaba todo tipo de gruñidos como si dos animales estuviesen peleando ahí dentro. No lo pensé, salí corriendo de casa, no quería quedarme más tiempo ahí, corrí a pesar del dolor de mis piernas en dirección a la casa de Isabela.

Cuando llegue me desplome en su puerta, unos minutos después su madre me encontró levantándome como pudo llevándome a la sala de su hogar, no pude aguantar más, cerré los ojos mientras ella llamaba al 911 asustada, me quede dormida en el sofá.

👑/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/🍷

Me desperté en plena madrugada, no había ruido alguno solo el sonido de los aparatos médicos a los que estaba conectada, sentí una fuerte presión en el pecho, de seguro eso fue lo que me despertó... Me senté en la camilla mirando a mi alrededor, un brillo rosado provenía del collar sobre la mesa  en una esquina del cuarto, lo miré por unos segundos pensando que significaba, nunca había brillado así. Otra vez la puntada en mi pecho, me miré en el reflejo de la ventana notando que en donde me dolía, empezaban a notarse algo así como venas en color rojo intenso, toque el botón de emergencia que me dejaron los enfermeros, me sentía muy rara.

—Agh-.. A que hora se supone que llegarán... Me duele demasiado-...—

Me dio un impulso/arcada que me hizo bajar de la cama, puse ambas manos en mi boca acercándome a la mesa donde estaba el collar para tomar el basurero que estaba a un lado, vomite algo parecido al nafta o algo raro, de echo su aroma era tan dulce que empalagaba. Entraron los doctores quedándose en la puerta, empezaron a gritar mientras me miraban, yo extendí la mano en señal de ayuda, al mirarme bien estaba de color negro, mis uñas parecían garras, sentí de golpe un pinchazo en mi brazo izquierdo, durmiéndome al instante.

🍷/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/-/✝️

—Maldición.. no puedo creer que Sofía haya dicho eso... trate de detenerla, ella me dijo que entendía porque me refería a ella como mi presa, veo que en realidad no me entendió de nada.—

En un último intento de tener su atención la llame por su segundo nombre, jamás la había llamado así porque me dijo que solo sus cercanos podían, supongo que lo intente. No recuerdo como perdí la conciencia esta vez, solo puedo ver como Sofi me miraba triste y aterrada, de ahí todo es borroso.

Creo que estoy soñando, no veo nada al rededor mio, solo oscuridad, una luz blanca sobre mi, creo que estoy desnudo... Mis manos estaban encadenadas al suelo, sentía algo cálido en mi espalda a comparación de él resto de mi cuerpo que estaba casi congelado, veía como pequeños trozos de vidrio estaban en mis dedos como granos de arena. Dios, quiero despertar tengo que arreglar esto, lo bueno es que no puedo despegarme de la humana si aun el collar esta intacto, espero que la gema no se haya roto.

A Friendly DemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora