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Luego de cazar, Abel olvidó por un momento el recuerdo de quien amo alguna vez, pero aún así se quedó con un sentimiento extraño, un vacío en su pecho que dolía más de lo normal, que al volver a mirar la luz de la luna en algún lago se intensificaba. Llegada media noche le pido a 37 que lo disculpe, ya que debía volver al infierno por un momento.
-Si las chicas preguntan por mi, diles que me fui a ordenar asuntos de la organización.
-Como digas, no vayas a volver tarde, no quiero soportar a Isabela histérica otra vez.
-Tranquilo, volveré temprano, será rápido. -
El joven camino un rato en soledad, hasta llegar a un claro de bosque, trataba de recordar en donde habían pasado los echos con la muchacha, quería volver a visitar aquel sitio, pero no podía recordar con exactitud el lugar. Molesto, tomó impulso para bajar al infierno a cumplir con la parte del trato que debía, en la habitación que aun tenia dentro de la organización, se dispuso a ponerse ropa cómoda manteniendo su figura humana, un buzo color gris y unos pantalones negros, no tenia muchas ganas de completar el trato, llevaba unas semanas haciéndolo y cada vez se ponía peor.
-Esto es tedioso y agotador... Pero debo hacerlo, no quiero que todo esto se arruine antes de tiempo. -
Salió colocándose un anillo de color dorado con una estrella azul como adorno, todos los miembros del grupo de las estrellas tenían su propio anillo, echo su cabello hacia atrás y comió de un dulce que le había entregado ese demonio de Gula antes, mencionando que siempre que fuera a hacer su parte del trato comiera uno antes de ingresar. Mientras caminaba por el lugar en dirección a su oficina sintió un calor viniendo de su pecho, causa del dulce, sus ojos se pigmentaron en morado aún manteniendo los bordes en su característico color celeste, haciendo que sus pupilas sean rosadas, respiro profundo unos segundos antes de entrar.
-Tardaste más esta vez.
-Estaba de casería, lamento la demora novato. -
Entro cerrando la puerta, aquel demonio de gula estaba sentado sobre su escritorio en la oscuridad del cuarto, Abel suspiro una vez más acercándose a el tranquilo y serio, lo arrincona contra el escritorio mirándolo directamente a los ojos rosados del pequeño.
-Quiero preguntarte algo antes de iniciar con esto.
-Eso es nuevo, dime que necesitas.
-Tu estuviste ahí, fuiste tu el que lo hizo. Quiero que me recuerdes el lugar.
-¿Lugar? ¿De que? No se de que hablas Abel. -
Lo tomo de su cintura apagándose a él de forma brusca, la mezcla de ira, hambre y tentación que generaba su estado más el dulce que comió previamente, lo volvía loco de momentos, pero sabía controlarse, no era un miembro de las estrellas en vano.
-El día en el que ella murió, el día que tu decidiste acabar con lo único que me hacía feliz... ese día, esa noche. ¿En donde ocurrió?.
-Oh, ya veo hablas de Bel, no puedo creer que aún lo recuerdes paso hace mucho tiempo.
-Te dije que me digas en donde fue. - Abel, temblando ciertamente de las ganas de asesinarlo, se acercó más a su cuello respirando entrecortado, rasgando la piel del pequeño. -No juegues con mi paciencia Eliot. Habla ya...-
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A Friendly Demon
AléatoireSofía Romero es una chica aburrida de su vida cotidiana, anhela que hayan cambios en esa rutina que debe cumplir, para su fortuna (o desgracia) su deseo se cumpliría de una manera un poco.. diferente, a lo que ella podría pensar. Historia de demonio...