Mi piel se estaba empezando a erizar, estaba generando mas saliva de lo normal, definitivamente mi apetito se despertó. Me acerque por atrás de ella en silencio, con cada paso que daba el aroma se me hacia mas llamativo, podía sentir que mis garras se afilaban al igual que mis colmillos, distinguía el brillo celeste de mis ojos reflejada en las pequeñas gotas de agua de su espalda, que maldita sensación de agonía.
—Bancame ma.—
Se dio vuelta casi de inmediato, me agarro del cuello mirándome fijo a los ojos empujándome a una pared, al reconocerme se sonrojo a la vez que su expresión cambio de enojo a vergüenza, creo que esto se volvió aun más incomodo.
—¿Que?... No nada, pensé que escuche que estaban golpeando afuera.—
Me quede paralizado, me tomaba con firmeza no pude detectar una esencia de temor, su fingir al hablar con su madre se me hizo curiosa, me quede pegado a la pared mirándola, no tenia ganas de batallar contra ella no presentaba una amenaza, trataba de ignorar el deseo de morderla, aunque no se cuanto me iba a durar la cordura.
—Te hablo después ma, quiero ir a dormir un rato, cuando volvés a casa me avisas. Nos vemos.— Corto la llamada tirando el celular a la cama, su mirada me hacia sentir extraño.
—Lo Sabia, algo me decía que no eras un simple estudiante de medicina, Habla.—
Genial, Ahora que le digo esto no estaba en mis planes.. Mierda, ¿En que momento me deje llevar así por un impulso tan básico? Mire al suelo tratando de hallar una respuesta rápida, la excusa más estúpida posible para salir de ese lio, hasta que sentí como su mano subió desde mi cuello hasta mi boca, reviso mis dientes y mis ojos a profundidad, su otra mano tocaba mis brazos y mi torso, me estaba examinando.
—Ya detente niña, fue suficiente.— Aún mantenía mi firmeza.
—Que, ¿Te da miedo que una mortal te toque o que?
—Gh.. ¡Como te atreves a siquie-...! —
Puso sus dedos dentro de mi boca. —No me grites.— Me golpeo con fuerza entre mis piernas haciendo que caiga arrodillado, estando en esta patética forma humana obviamente iba a dolerme.
—Te hice una pregunta, responde si no quieres que la situación empeore para ti.—
¿Empeorar? ¿De que forma esto podría ponerse peor?, me impresiona, no es la niñita tímida de hace un rato o semanas atrás, sentí que me vendaba los ojos con algo suave, tal vez una bufanda, lo ajusto con fuerza atando mis manos en mi espalda con lo que sobraba, no veía nada y al ser una tela flexible no podía romperla, mis garras no llegaban, que mierda busca esta humana, empezaba a fastidiarme.
—Esta bien ya deja de jugar. Mi nombre si es Abel, pero al igual que tu compañerito tengo un número de identificación, es 409, soy un demonio superior encargado de supervisar a los pobres idiotas que son mandados a la tierra para cumplir con su trabajo, el torturar y asesinar mortales como tu.
—Entonces conoces a 37.. ¿Es tu amigo?
—Así es. Espera.. Maldita sea ¡¿Ya sabias que Marcos es un demonio y no me dijiste nada?!— Tras gruñir esa ultima pregunta, sentí que puso un liquido frio en la bufanda que se escurrió lentamente hasta mis manos, apenas toco mi piel me quemo como el fuego al papel, ¡Que carajo era eso!
—Obviamente no iba a decir que Marcos es un demonio a cualquier persona que conozca, más alguien que apenas conocí hace días. A los demonios se les hace fácil mentir ¿No?.
—Ese demonio que tienes de amigo no esta cumpliendo con su trabajo y mi deber es corregirlo.
—¿Y yo que tengo que ver en esto?.
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A Friendly Demon
RandomSofía Romero es una chica aburrida de su vida cotidiana, anhela que hayan cambios en esa rutina que debe cumplir, para su fortuna (o desgracia) su deseo se cumpliría de una manera un poco.. diferente, a lo que ella podría pensar. Historia de demonio...