Papá

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Después de decirle sobre que conozco a la chica que me preguntó si tenía algo con Connor, Eddie se quedó en silencio unos segundos, segundos que me hicieron acordarme de cuando esa chica me grito «Perra» en el concierto.

—ella fue a decirme que un tipo vino a hablarte como si fueran algo más —rompió el silencio.

Solté una carcajada, ver a Eddie celoso me daba coraje porque no tenía que sentirse así.

—Munson, escúchame —me acerqué a él y acuné sus mejillas con mis manos—, me gustas, Edward Munson.

Me miró con tristeza y me abrazó muy fuerte. Nunca levantó la voz, parecía triste pero dudo que sea solo por lo de la chica.

—No te voy a mentir, mi amigo se puso muy guapo.

Se apartó de mí y me miró con sus manos tomando mi cintura, para después fruncir el ceño.

—Pero para mí no hay nadie mejor que tú.

—Pero la chica me dijo que...

—¿Sabes por qué esa chica te contó todo eso? —interrumpí.

—No, tal vez por chismosa.

—Porque le gustas, Munson, ¿la conoces de algún lugar?

—No, nunca la había visto.

—yo sí, la vi en el concierto y me llamó perra.

Eddie rió cuando lo escucho y volvió a abrazarme.

—Necesito que entiendas que no soy un tóxico o un posesivo, solo me dolió la manera en la que lo dijo, ¿bien?

—Bieeen —grité.

Bajó la cabeza, ahora estaba evitando mi mirada.

—¿Pasa algo más?

—Hay algo que quiero decirte pero no sé cómo hacerlo.

—Solo dilo, Munson —le sonreí.

—No, no es el momento —fue a abrirme la puerta de la camioneta.

Después de haber arreglado esa situación, me llevó a casa y mi madre lo vio mal, estaba un poco cansada de que siguiera desconfiando de él.

—Ven —tomé su mano.

—¿Qué?, no, linda espera.

—Estoy harta de que te mire así.

No pudo decir nada porque estábamos en la puerta de mi casa y mi mamá estaba frente a nosotros.

—hola, cariño —sonrió.

—Mamá, el es Eddie Munson, lo recuerdas, ¿verdad?

—Claro que lo recuerdo —lo vio molesta.

—Señora, buenas noches —ofreció su mano.

En ningún momento la miró a los ojos, parecía estar nervioso, pero no entendí porque si ya se conocían.

—La cena está servida —ignoró el saludo de Eddie—, despide a tu amigo y siéntate.

Me dio mucho coraje que se comportara así.

—mamá, ¿podrías ser amable con él?

—No tiene buena fama en el pueblo, no puedo confiar en el.

—Señora, yo... —pensó en su respuesta—, todo eso quedó en el pasado.

Fruncí el ceño y giré mi mirada hacia él, ¿qué hizo Eddie para merecer todo el odio de la gente?

My Freak | Eddie Munson | Terminada ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora