Feliz Cumpleaños

600 63 35
                                    

Puse mi mano sobre su pecho y moví mi dedo siguiendo las líneas de su tatuaje.

—¿Cuándo te lo hicis...


—Te amo, Stella —susurró.

Me quedé pasmada por lo que acaba de decir, jamás había sentido esta sensación de mariposas en el estómago, jamás me habían dicho un "Te amo", a excepción de mis padres.

—¿Estás bien? —frunció el ceño.

—sí —me senté—, ¿Qué dijiste?

—Qué te amo, Stella Harrington, te amo demasiado —acarició mi espalda.

Por un momento pensé que se arrepentiría de decirlo, pero no.
Una sonrisa se pintó en mi cara, me giré para verlo y me sonrió de vuelta.

—Te amo —dije casi inaudible.

—¿Perdón? —frunció el ceño—, no te escuche, amor.

—Qué también te amo, Eddie Munson.

Me dio una gran sonrisa, me tomó la cintura y me jalo hacia el para abrazarme.

El sol se había ocultado, el silencio en el bosque era tanto que daba miedo, tomé mi ropa y comencé a cambiarme, Eddie hizo lo mismo y fuimos a casa.

—¿Te veo mañana? —me besó.

—Claro, ¿en la tarde está bien?

—De acuerdo, paso por ti entonces.

Mi plan era ir a su caravana en la mañana, no en la tarde, para darle una "sorpresa".

Le di un beso de despedida y entre a la casa, aún quedaban algunos detalles por terminar, pero eran rápidos.

~

Mi puerta era golpeada con fuerza, lo que me hizo despertar de golpe.

—¡Son las nueve de la mañana! —Steve gritó y bajó las escaleras.

Mi alarma no había sonado, Steve tenía que ir a trabajar pero antes me llevaría a la casa de Eddie y yo no estaba lista.

—Mierda —susurré poniéndome de pie.

—Llegaré tarde al trabajo —gritó.

—¡Dame diez minutos! —hablé desde mi habitación.

—¿Todo está listo? —preguntó gritando.

La casa estaba repleta de nuestra conversación a base de gritos.

—Sí, los regalos ya están en el auto y el pastel en la nevera.

—Bien, lo sacaré y te esperaré en el auto —informó.

Si no fuera un día especial, estaría gritándome y tal vez ya se hubiera ido.

Me arreglé lo más rápido que pude y baje corriendo, Camille aún no estaba despierta y eso me alegraba, no tenía que lidiar con ella.

Salí de casa y corrí hacia el auto, Steve estaba impaciente, lo entendía porque debía llegar a tiempo al trabajo.

—Última vez que me haces esperar tanto —me apuntó.

—Lo siento, mi alarma no sonó —apreté los labios.

—Solo porque es cumpleaños de Eddie —rió.

—Gracias por ayudarme con esto, es muy importante para mí.

—Lo sé, por eso no te abandoné, ten cuidado con el pastel —advirtió y arrancó el auto.

Ayer en la noche Steve me ayudó a hacer el pastel, estoy casi segura de que esta crudo o sabe mal, pero no tenía mucho tiempo y es lo único que pude hacerle.

My Freak | Eddie Munson | Terminada ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora