¿Les dije que evitaría malos pensamientos?, pues olvídenlo.
Eddie bajó sus besos húmedos hasta mis pechos desnudos, era más rudo que la primera vez, y eso me encantaba.
—Eres hermosa —me miró y besó mis labios.
Sus ojos estaban llenos de deseo, sus manos acariciaban mi cuerpo de manera delicada pero salvaje a la vez y eso estaba poniéndome.
—Eddie... —musité jadeante.
—Dime, cariño —susurró sin dejar de regar sus besos.
—no pares, por favor —mordí mi labio inferior.
Pensaba detenerlo porque estamos en un lago en medio del bosque, no digo que sea un lugar concurrido, pero si público, pero no lo hice.
—No pienso hacerlo, nena, solo si me lo pides.
Me llevó nadando hasta llegar a la orilla, por más calientes que estuviéramos, la seguridad es primero.
—Vamos —me ayudó a salir.
Tomamos nuestra ropa, nos pusimos los tenis y corrimos hacia la camioneta.
Abrió las puertas traseras y había un poco de basura regada por ahí, pero no era problema, estaba muy caliente como para esperar así que tomé las frazadas que supongo usa cuando no quiere dormir en su casa y las extendí por el suelo de la camioneta.
Cuándo terminé, regresé a él y continúe con los besos. Estábamos desnudos así que nos ahorramos un paso.
Me cargó por la cintura haciendo que mis piernas se abrazaran a su cadera. Sin dejar de besarme me recostó en la camioneta y se subió encima de mí sosteniéndose en sus manos para evitar dejar caer todo su peso.
—¿Estás segura? —inquirió en un jadeo.
—Por favor Eddie, quiero hacerlo.
Dejó un rastro de besos de mis labios a mi cuello y fue bajando por mis pechos y abdomen.
Tomó una de mis piernas y la posicionó encima de su hombro. Estaba nerviosa, jamás había experimentado algo como esto.
Besó mi tobillo y fue bajando sus besos hasta mi muslo, dio un pequeño mordisco que me hizo brincar y bajó hasta quedar frente a mi zona, me miró, me echo una sonrisa malvada y su cara se perdió entre mis piernas.
Estaba inclinado, chupando mi intimidad mientras le daba una maravillosa vista de su hermoso trasero desnudo a todo el bosque.
Lamia mis pliegues ya húmedos por la excitación como si fuera lo último que fuera a probar en su vida. Podría jurar que mis gemidos se escuchaban por todo el lugar, pero no importaba.
Comenzaba a sentir ese nudo en el vientre bajo pero se separó de mí de golpe, me sentía necesitada y Eddie me estaba quitando el placer.
—Sabes muy bien, nena —sonrió.
—Estaba a punto de...
—Quiero que te vengas mirándome a los ojos —lamió sus labios.
Mi cabeza explotó cuando lo escuché decirme algo caliente mientras saboreaba mis fluidos.
Asentí sin dudarlo y bajo mi pierna de su hombro, sacó un preservativo de su pantalón que yacía en el suelo y lo abrió.
—¿Puedo? —me senté.
—Hazlo, cariño —sonrió.
Tomé el condón y lo deslicé lentamente por toda su erección, estaba masacrándolo, pude notarlo por la pequeña carcajada que soltó.
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My Freak | Eddie Munson | Terminada ✅
Romance¿Es posible enamorarse tan pronto? Su nombre es Stella Harrington, tiene dieciocho y regresó a Hawkins después de tres años. Su hermano Steve Harrington le consigue trabajo en «HellZone», en donde conoce a un particular chico con un aspecto que la...