Sam

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Ya es veintidós de Diciembre, no he podido ir a la escuela, tener que verlo me lastima, ha enviado millones de mensajes pero no respondo.

Dustin vino a la casa ayer por la tarde y me dijo que él ha preguntado mucho por mí.

Gareth dice que Edward no es el mismo de antes, que se siente muy culpable por no haberme dicho antes, pero eso no ayuda en nada, el que me haya mentido me afecta más que el que haya embarazado a una chica y la haya dejado sola.

Steve ha querido hablar conmigo sobre esa situación, pero quiero superarlo, no me interesa saber nada, Camille me dijo todo lo que tenía que saber y no creo que una "platica" pueda arreglar un corazón roto.

Los días de trabajo han sido aburridos y muy cansados, parece que Diego sabe cuando estoy pasando por los peores momentos porque jode aún más.

Afortunadamente no me ha tocado ver a Edward en la tienda, sería aún peor.

—Sube, vamos a casa —Steve dijo desde el interior del auto.

—No quiero ir a casa.

—Lo sé, pero no tienes otra alternativa —ladeó la cabeza.

Creo que es momento de decirle sobre que me iré a California, no quiero irme así sin más. Subí al auto y me acomodé en el asiento.

—Steve... —lo miré.

—¿Qué? —igualmente me miró.

—Tengo que hablar contigo de algo importante.

—Dime —sonrió leve mientras aceleraba.

—Es muy duro para mí, pero tienes que entender que es por mi bien —suspiré.

Steve tenía cara de preocupación, por alguna razón sentía que sabía lo que iba a decirle.

—Me iré de Hawkins —dije casi como un susurro.

Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, los míos debían hacerlo también, pero no sentía nada, ni tristeza, ni enojo, solo lo veía llorar.

—Pero... —intentó tomar aire—, ¿por qué?

—No quiero estar aquí —fruncí el ceño y miré por la ventana.

—¿Y vas a huir?, ¿crees que eso es lo correcto? —me interrogó.

—Steve...

—¡No! —interrumpió—. Huir de tus putos problemas solo te hace cobarde.

—Todo estaba bien cuando estaba en California —bufé molesta.

—Ajá —soltó una risa— y por eso te corrieron de la escuela.

Tenía razón, mi vida era un asco, cada lugar que pisaba se convertía en una pesadilla, no era feliz en ningún lado.

—Pero allá me sentía tranquila —me encogí de hombros.

—el que hayas terminado con Eddie no es culpa mía —frenó el auto.

—Sé que no es tú culpa, pero todo aquí me recuerda a él —eche mi cabeza hacia atrás.

—¿y yo tengo la culpa?

Su voz cada vez era más elevada y apretaba el volante con fuerzas.

—Steve, debes entenderme —rasqué mi nariz.

—¡No!, no te entiendo, quieres abandonar a tu familia por un chico —regañó como si fuera una niña pequeña.

—No es solo por un chico —fruncí el ceño—, es por todo, no sabes lo que es sentirse como una mierda —volví a mirarlo—, no sabes lo que es sentirte insuficiente para los demás, sentirte como una carga, como un objeto que tienes que cuidar porque en cualquier momento puede venirse abajo y no hay manera de sacarlo de ahí, no tienes ni la puta menor idea, Steve.

My Freak | Eddie Munson | Terminada ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora