Distancia

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Me sentía muy mal, ayer bebí demasiado, sentía que todo daba vueltas y tenía náuseas.

Me di un baño rápido, quería dejar de sentirme así, es la peor parte de beber. Cuando me cambié baje a desayunar.

—Pero miren quién despertó, la señorita Stella —dijo entre risas.

—Shhh, mi cabeza duele.

—¿La pasaste bien? — preguntó mamá mirándome con enojo.

—¿Qué tal todo con Munson?

Mierda, mierda, mierda, creo que ese beso no fue un sueño.

—¿De qué hablas? —me hice la tonta.

—Del... —tenía intensión de proseguir, pero afortunadamente mamá lo interrumpió.

—Ayer te trajo —dio un bocado a su almuerzo.

—Oh sí, lo recuerdo.

—¿También recuerdas el...

—Steve, cállate, se está enfriando —señalé su plato y le hice un mirada de amenaza.

—¿el qué?

—Nada, ma —le sonrió.

—Stella, no quiero que te lleves con ese chico —dijo llevándose la taza de café a la boca.

—Pues lo siento, pero es mi compañero de clase —me encogí de hombros.

Aunque sinceramente después de lo que pasó no quiero hablarle, me siento muy estúpida, además acabo de recordar que le vomité encima, una razón más para no hacerlo.

—Munson es bueno, ma, ayer pude charlar un poco con él.

Agradecía que mi hermano estuviera de mi lado, no conoce ni una mierda a Eddie y yo tampoco, pero hace el intento de fingir que sí.

—No importa, hasta que yo no lo conozca y sepa la verdad, ninguno de ustedes —nos señaló— podrá hacerme cambiar de opinión.

No me gustaba mucho que mamá juzgara a la gente sin conocerla, si supiera lo lindo que es Eddie dejaría de hablar mal sobre él. Me frustra mucho que la gente diga que es malo solo por cómo se ve.

Me sentía muy mal, mi estómago me estaba matando, el ponche estaba muy dulce y cuando lo juntan con alcohol se vuelve un arma mortal.

Fui a dormir, quería que esa sensación de asco se fuera y quería pensar un poco sobre lo que haré con Eddie.

Por cierto, ha estado mandando mensajes, me dijo que si todo estaba bien y que pasaría hoy para saber como me sentía pero no he respondido, tengo cruda moral.

Steve me despertó, mis ojos están hinchados por tanto dormir y el asco aún no se iba.

—Hola —dijo mientras se sentaba en la orilla de la cama.

—Hola.

—Oye, ¿ye acuerdas de algo de ayer?

—¿Qué? —fruncí el ceño.

—El beso con Munson.

—No me hables de eso —puse un cojín en mi cara.

—Sé que sientes cosas por él.

Me quité el cojín de la cara, me senté en la cama y lo miré, no puede decir nada porque ni yo misma sé si me gusta.

—No siento cosas por él, qué dices —con los ojos entrecerrados.

–Hermana —tocó mi pie—, el beso que le diste ayer no era solo porque estabas ebria.

My Freak | Eddie Munson | Terminada ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora