Noche de escape

1K 97 7
                                    

Noche de Escape




Con el paso de las semanas, todo parecía ir mucho mejor en Hogwarts. Sin embargo, Harry sabía que su pareja continuaba estresado, le habían negado la última solicitud de libertad y el juicio contra Draco apuntaba a que el rubio no tenía ninguna esperanza. Por eso, a Harry se le ocurrió que quizá Neville podría retractarse y de esa forma ayudar un poco.


Pero la negativa del chico fue rotunda, a pesar de sentirse en deuda con Harry no lograba tener la convicción para perdonar a Draco, mucho menos para arriesgarse a que volviera a las andadas y entonces tener que lamentar la muerte de alguien.


Harry entendía su posición, pero a él lo que más le importaba era ayudar a Severus a recobrar su tranquilidad y eso solo lo conseguiría cuando tuviese a Draco fuera de esa prisión.


Así que tuvo una idea. Severus le contó un día sobre el interés de Charlie hacia Draco, y aunque tuvo que jurarle que guardaría silencio, era momento de hacer una pequeña trampa y romper la promesa.


Aprovechando que Severus debía aplicar su examen final a los chicos de segundo grado, ese atardecer Harry se reunió con Charlie en los terrenos del colegio. Decidieron conversar en las inmediaciones del lago, ahí podrían hacerlo sin riesgo a ser escuchados por nadie.


— ¿No crees que es algo riesgoso? —preguntó el pelirrojo después de escuchar el plan de su amigo.

— Bastante, pero no hay otro modo, Charlie. Malfoy será condenado sin lugar a dudas, así que la única opción que queda es sacarlo de ahí a escondidas.

— Él no querrá venir. —comentó decaído—. Si lo vieras, Harry, piensa que ahí está mejor, lejos de todo.

— Pero tú podrás convencerlo de lo contrario ¿no?


Charlie suspiró sin muchas esperanzas. A pesar de haber vuelto a visitar a Draco en varias ocasiones no había conseguido demasiados avances. Intentaba convencerse de que era normal, e incluso debía sentirse satisfecho pues por lo menos el rubio ya no lo recibía con desprecio aunque continuaba siendo frío y distante, solo rompía con esa barrera cuando charlaban sobre el pequeño dragón, entonces el rostro de Draco era mucho más relajado.


— Supongo que lo haremos después de que nazca tu bebé. —comentó Charlie volviendo a sonreír al notar al vientre redondeado de Harry.

— No, prefiero hacerlo cuanto antes. Es más, creo que es lo mejor, he notado que mi magia está muy reforzada, y aunque no sé bien cómo es que funciona, siento que es la magia de mi bebé que se ha unido a la mía, eso me está ayudando a que mis hechizos salgan más precisos e intensos, así que no estaría de más aprovecharlo.

— No sé qué decirte, tal vez estoy haciendo mal en permitirte intervenir y arriesgarte, no solamente a ti, sino a tu bebé.

— Es mi decisión, y aunque Malfoy es un cabrón que no se lo merece, me preocupo por ti y por Severus. Solo quiero pedirte por favor que lo mantengas alejado de todos nosotros. Si vuelve a lastimar a alguien, te prometo que ya no me tentaré el corazón para matarlo yo mismo.

— Harry, aunque pareciera que no, yo tampoco me siento contento con él por lo que ha hecho... Es mi familia a la que ha dañado y lo más lógico es que yo sea el primero en desear que Draco no salga nunca de prisión, pero...

— Lo amas, ya lo sé. Y sinceramente, jamás entenderé qué te conquistó de Malfoy.

— Amigo, creo que hay algo que debes saber, quisiera que cuando me ayudaras a sacarlo de esa horrenda prisión lo hicieras con la convicción de que estás salvando a quien merece una segunda oportunidad.


Harry ladeó su cabeza con incredulidad, era difícil pensar en Draco como una buena persona después de tener en su pasado tantos intentos de homicidio, no creía que la imagen de asesino se le pudiera borrar de la mente, pero por Charlie estaba dispuesto a escuchar.


~o0o~o0o~o0o~o0o~o0o~o0o~o0o~o0o~o0o~



Ya había pasado más de una hora desde que Charlie se marchara pero Harry continuaba sentado en el prado junto al lago, las lágrimas no dejaban de salir de sus ojos recordando la historia oculta de Draco.


Superar los estragos de la guerra había sido un proceso difícil pero siempre agradeció que sus mejores amigos salieran ilesos. Le dolió saber de las grandes pérdidas, de algunas familias destrozadas, de gente perdiendo sus ilusiones... sin embargo, todos le convencieron de que era una consecuencia que conocían y estaban dispuestos a pagar.


Pero la tragedia de Draco le conmovía hasta el alma. Quizá porque siempre le juzgó un cobarde que solo luchaba por sus propias conveniencias sin siquiera arriesgarse tanto como para terminar con un rasguño.


No se atrevía a imaginar el dolor de perderlo todo de la noche a la mañana. Una vida sin Severus ni su bebé no tenía sentido alguno. Y aunque estaba seguro de que jamás reaccionaría como Draco volcando todo su odio y frustración en los demás, tampoco podría volver a sentirse feliz en su vida.


A Theodore no le llegó a conocer demasiado, pero siempre le consideró un chico diferente a los demás Slytherin, vivía sumergido en sus libros sin entrometerse con nadie y estaba seguro de que si llegó a ser un mortífago no habría sido por convicción propia, él mejor que nadie conocía lo difícil de eludir un destino que ya estaba trazado desde antes de nacer.


Se abrazó a nivel de su vientre, queriendo así abrazar también a su hijo y trasmitirle todo el amor y cuidado que tendría con él para que tuviese un futuro lleno de alegría.


Vio la torre de Gryffindor a través de sus lágrimas y recordó que Hermione y Ron estaban ahí. Dejó escapar todo el aire de sus pulmones mientras se limpiaba la humedad de sus lágrimas con sus propias manos y se ponía en pie. Iba a ir con ellos, necesitaría su ayuda.


Llegaste a mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora