Luhan & Sehun [HunHan]

Capítulo 34

LUHAN

La mamá de Sehun no pareció sorprendida de ver a Luhan al día siguiente. Él debía de haberles advertido que Luhan iba a venir.

-Luhan -dijo su mamá muy amablemente-, Feliz Navidad, entra.

Cuando Luhan entró en sala de estar, Sehun había acabado de salir de la ducha, lo cual fue vergonzoso por alguna razón. Su pelo estaba mojado y su camiseta se le pegaba un poco.

Él estaba realmente feliz de verlo. Eso era obvio. (Y lindo).

Luhan no sabía qué hacer con su regalo, así que cuando él se le acercó, lo empujó hacia él. Él sonrió, sorprendido.

-¿Esto es para mí?

-No -dijo-, es... -No pudo pensar en nada gracioso que decir-. Sí, es para ti.

-No tenías que darme nada.

-No lo hice. En serio.

-¿Puedo abrirlo?

Luhan todavía no podía pensar en nada divertido, así que asintió. Al menos su familia estaba en la cocina, así que nadie estaba observándolos.

El regalo estaba envuelto en papel fino para cartas. El papel fino favorito de Luhan, acuarelas de hadas y flores.

Sehun quitó el papel con cuidado y miró el libro. Era El guardián entre el centeno. Una edición muy vieja. Luhan había decidido dejar puesta la funda porque le daba una apariencia pulcra, a pesar de que todavía tenía un precio de tienda de segunda mano garabateado en la parte delantera con lápiz graso.

-Sé que es pretencioso -dijo él-. Iba a darte La Colina de Watership, pero ese es sobre conejos, y no todo el mundo quiere leer sobre conejos...

Sehun miró el libro, sonriendo. Por un terrible segundo, él pensó que iba a abrir la cubierta frontal. Y realmente no quería que leyera lo que había escrito. (No mientras él estuviera parada allí).

-¿Este es tu libro? -preguntó él.

-Sí, pero ya lo he leído.

-Gracias -dijo, sonriéndole. Cuando él estaba muy feliz, sus ojos desaparecían en sus mejillas-. Gracias.

-De nada -dijo, mirando hacia abajo-. Sólo no mates a John Lennon, ni nada.

-Ven aquí -dijo él, tirando del frente de su chaqueta.

Él lo siguió hasta su habitación pero se detuvo en la puerta como si hubiera una barrera invisible. Sehun dejó el libro en su cama, luego agarró dos cajas pequeñas de un estante.

Ambas estaban envueltas en papel navideño con grandes lazos rojos.

Vino y se paró en la puerta con él; se apoyó contra la jamba.

-Este es de mi mama -dijo él, levantando una caja-. Es perfume. Por favor, no lo uses.

-Bajó su mirada por un segundo, luego volvió a él-. Este es de mi parte.

-No tenías que darme un regalo -dijo Luhan.

-No seas estúpido.

Cuando él no tomó el regalo, Sehun tomó su mano y puso la caja.

-Traté de pensar en algo que nadie notaría excepto tú -dijo, empujando su flequillo fuera de su cara-. Que no tuvieras que explicarle a tu mamá... Como, iba a comprarte una pluma muy buena, pero luego...

Él lo estaba mirando abrirlo, lo cual le ponía nervioso. Accidentalmente rompió el papel de envolver. Él tomó el papel de Luhan, y él abrió una pequeña caja gris.