LUHAN
La madre de Sehun le pidió poner la mesa. Esa fue la señal para que Luhan se fuera. El sol casi se había puesto. Él corrió escaleras abajo antes de que Sehun pudiera detenerlo... y casi corrió contra su padre de pie en la entrada.
—Hey, Luhan —dijo, sorprendiéndolo. Él estaba jugando con algo en la parte trasera de su camioneta.
—Hey —dijo Luhan, corriendo junto a él. Realmente se veía muy parecido a Magnum P.I. No era algo a lo que te acostumbraras.
—Hey, espera, ven aquí —dijo.
Él sintió algo ir un poco mal en su estómago. Se detuvo y dio un paso hacia él, pero sólo un poco.
—Mira —dijo él—. Me estoy cansando de pedirte que te quedes a cenar.
—De acuerdo... —dijo Luhan.
—Lo que quiero decir es que quiero que te sientas como si tuvieras una invitación permanente. Eres simplemente... bienvenido, ¿de acuerdo? —Parecía incómodo, y eso la hacía sentir incómodo. Mucho más incómodo de lo que generalmente se sentía a su alrededor.
—De acuerdo... —dijo.
—Mira, Luhan... conozco a tu padrastro.
Esto podría ir en un millón de maneras diferentes, pensó. Todas ellas horribles.
El padre de Sehun siguió hablando, con una mano en su camioneta, y el otro en la parte posterior de su cuello, como si estuviera en dolor.
—Crecimos juntos. Soy mayor que Ricky, pero este es un pequeño barrio, y he tenido mi tiempo en el...
El sol se había ido demasiado lejos para poder ver su rostro. Luhan aún no estaba seguro a lo que quería llegar.
—Sé que tu padrastro no es un hombre fácil de tratar —dijo el padre de Sehun finalmente, dando un paso hacia él—. Y solo estoy diciendo, sabes, que si es más fácil estar aquí, entonces deberías estar aquí. Eso haría que Mindy y yo nos sintieramos mucho mejor, ¿de acuerdo?
—De acuerdo —dijo él.
—Así que esta es la última vez que voy a pedirte que te quedes a cenar.
Luhan sonrió y él le devolvió la sonrisa, y por un segundo se veía mucho más como Sehun.
SEHUN
Luhan en el sofá, sosteniendo su mano. Frente a él en la mesa de la cocina con su tarea...
Ayudándolo a llevar comestibles para su abuela. Cortésmente comiendo todo lo que su mamá hizo para la cena, aunque era algo completamente desagradable como hígado y cebollas...
Siempre estaban juntos, y aun así no era suficiente.
Él todavía no había encontrado una manera de poner sus brazos completamente a su alrededor. Y todavía no tenía suficientes oportunidades para besarlo. Luhan no iba a ir a su habitación con él...
—Podemos escuchar música —diría él.
—Tu mamá...
—No importa. Vamos a dejar la puerta abierta.
—¿Dónde vamos a sentarnos?
—En mi cama.
—Dios. No.
—En el suelo.
—No quiero que piense que soy una puto.
Le gustaba Luhan, sin embargo. Más de lo que solía. Justo el otro día, su madre le había dicho que Luhan tenía excelentes modales.