Capítulo 51

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LUHAN

Sehun dijo que vendría luego de que su papá llegara a casa y sus padres se fueran a dormir.
—Podría tardar. No enciendas la luz, ¿sí?
—Duh.
—Y vigila por el Impala.
—Está bien.
Él parecía más serio de lo que nunca lo había visto desde el día que le pateó el trasero a Kris. O desde su primer día en el autobús, cuando él le había ordenado que se sentara.
Esa seguía siendo la única vez que lo había escuchado decir la palabra con J.
Se recostó en la RV y le tocó la barbilla.
—Por favor, ten cuidado —dijo Luhan.
Y luego, él ya se había ido.
Luhan se volvió a sentar en la mesa. Podía ver la entrada de Sehun desde allí, a través de las cortinas de encaje. Se sintió cansado repentinamente. Solo quería recostar la cabeza. Ya era pasada la medianoche; podrían pasar horas antes de que Sehun regresara...
Quizás debería sentirse mal por involucrarlo en esto, pero no era así. Él tenía razón, lo peor que le pasaría a él (salvo algún accidente horrible) era que lo castigaran. Y estar castigado en su casa era como ganar la vidriera de El Precio es Justo comparado a lo que a Luhan le pasaría si era atrapado.
¿Debería haber dejado una nota?
¿Su mamá llamaría a la policía? (¿Su mamá está bien? ¿Estaban todos bien? Luhan debería haberse fijado si los pequeños estaban respirando).
Su tío probablemente ni siquiera dejaría que Luhan se quedara una vez que descubriera que había huido...
Dios, cada vez que empezaba a maquinar este plan, todo se venía abajo. Pero ya era tarde para echarse atrás. Sentía que la cosa más importante ahora era escapar, el lugar más importante al que ir era lejos.
Él escaparía, y luego resolvería qué hacer a continuación.
O quizás no lo haría...
Quizás se escaparía, y luego tan solo se detendría.
Luhan nunca había pensado en quitarse la vida, jamás, pero pensaba mucho en detenerse. Simplemente correr hasta que ya no diera más. Saltar desde algo tan alto que nunca golpearía el fondo.
¿Ricky estaba buscándolo ahora?
Mei Ling y Lian le dirían sobre Sehun, si no lo habían hecho ya. No porque les gustara Ricky, aunque a veces parecía que sí. Sino porque los tenía a raya. Como el primer día que Luhan llegó a casa, cuando Mei Ling estaba sentada en el regazo de Ricky.
Mierda. Solo... Mierda.
Debería volver por Mei Ling.
Debería volver por todos ellos, debería encontrar una manera para que cupieran en sus bolsillos, pero definitivamente debería regresar por Mei Ling. Mei Ling escaparía con Luhan.
No lo pensaría dos veces...
Y entonces el tío Yuan les enviaría a casa.
Su mamá llamaría ciertamente a la policía si despertaba y Mei Ling no estaba. Llevar a Mei Ling arruinaría todo incluso más de lo que ya estaba arruinado.
Si Luhan era el heroe de un libro, como The Boxcar Children o algo, intentaría. Si fuera Dicey Tillerman, encontraría una manera.
Pero no lo era. Luhan no era ninguna de esas cosas. Solo estaba intentando pasar la noche

SEHUN

Sehun entró tranquilamente a su casa a través de la puerta trasera. Nadie en su familia cerraba con llave alguna vez.
La televisión seguía encendida en la habitación de sus padres. Fue directamente al baño y entró en la ducha. Estaba bastante seguro de que olía como a cada algo que podía meterlo en problemas.
—¿Sehun? —llamó su mamá cuando salió del baño.
—Aquí —dijo—. Voy a la cama.
Enterró su ropa sucia en el fondo de la cesta y extrajo los sobrantes de su cumpleaños y el dinero de Navidad de su cajón de calcetines. Sesenta dólares. Debería ser suficiente para pagar el gas... Probablemente, no lo sabía.
Si podían llegar a St. Paul, el tío de Luhan los ayudaría a resolverlo. Luhan no estaba seguro de que su tío le dejaría quedarse, pero dijo que era un tipo decente, "y su esposa estaba en el Cuerpo de Paz".
Sehun ya les había escrito a sus padres una nota:

Mamá y papá.
Tenía que ayudar a Luhan. Los llamaré mañana, y volveré en un día o dos. Sé que estoy en enormes problemas, pero era una emergencia, y tenía que ayudar.
Sehun

Su mamá siempre guardaba las llaves en el mismo lugar, en una pequeña placa en forma de llave en la entrada que decía "llaves".
Sehun iba a llevar sus llaves, luego volver a salir a hurtadillas por la puerta de la cocina, la puerta más alejada de la habitación de sus padres.
Su papá llegó a casa a las 1:30. Sehun lo escuchó moverse por la cocina, luego ir al baño.
Escuchó la puerta de la habitación de sus padres abrirse, escuchó la TV.
Sehun apoyó la cabeza en la cama y cerró los ojos. (No había ninguna posibilidad de que se quedara dormido). La imagen de Luhan seguía brillando en el interior de sus párpados.
Tan hermoso. Tan tranquilo... No, eso no era cierto, no tranquilo, más como... en paz.
Como si estuviera más cómodo sin la camisa que con ella puesta. Como si estuviera feliz de adentro hacia afuera.
Cuando abrió los ojos, vio la manera en que lo había dejado en la casa rodante: tenso y resignado, tan lejano que la luz ni siquiera llegaba a sus ojos.
Tan alejado, que ya no estaba pensando en él.
Sehun esperó hasta que todo estuvo en silencio. Luego esperó otros veinte minutos. Agarró su mochila e hizo directamente los movimientos que había planeado en su cabeza.
Se detuvo en la puerta de la cocina. Su padre había dejado su nuevo rifle de caza en la mesa... Probablemente iba a limpiarlo mañana. Por un minuto, Sehun pensó en tomar el arma, pero no podía pensar en cuándo la usaría. No es como si fueran a toparse con Ricky mientras salían de la ciudad. Eso esperaba.
Sehun abrió la puerta y estaba a punto de salir cuando la voz de su papá lo detuvo.
—¿Sehun?
Pudo haberse escapado, pero su papá probablemente lo habría atrapado. Su papá siempre se jactaba de estar en la mejor forma de toda su vida.
—¿A dónde crees que vas? —susurró su papá.
—Yo... yo tengo que ayudar a Luhan.
—¿Con qué necesita Luhan ayuda a las dos de la madrugada?
—Él va a escaparse.
—¿Y vas a ir con él?
—No. Iba a llevarlo a casa de su tío.
—¿Dónde vive su tío?
—Minnesota.
—Jesucristo, Sehun —dijo su papá con voz normal—. ¿Es en serio?
—Papá. —Sehun dio un paso hacia él, rogando—. Tiene que ir. Es su padrastro. Él...
—¿Lo tocó? Porque si él lo tocó, vamos a llamar a la policía.
—Él le escribe notas.
—¿Qué clase de notas?
Sehun se frotó la frente. No le gustaba pensar en las notas.
—Enfermizas.
—¿Le habló a su madre?
—Su mamá está... no está en muy buen estado. Creo que él la lastima.
—Ese maldito... —Su papá bajó la mirada al arma, luego volvió a mirar a Sehun, frotándose la barbilla—. Entonces, vas a llevar a Luhan a la casa de su tío. ¿Él lo acogerá?
—Él así lo cree.
—Voy a decirte, Sehun, esto no suena como un plan.
—Lo se.
Su papá suspiró y rascó su nuca.
—Pero no puedo pensar en uno mejor.
La cabeza de Sehun se alzó de golpe.
—Llámame cuando lleguen allí —dijo su papá en voz baja—. Es un camino directo desde Des Moine, ¿tienes un mapa?
—Pensé en conseguir uno en la estación de servicio.
—Si están cansados, haz una parada. Y no le hables a nadie a menos que tengas que hacerlo. ¿Tienes dinero?
—Sesenta dólares.
—Ten... —Su papá caminó hacia el jarro de galletas y sacó un montón de billetes de veinte—. Si esto no funciona, con su tío, no lleves a Luhan a casa. Tráelo aquí, y pensaremos qué hacer a continuación.
—Bueno... Gracias, papá.
—No me agradezcas todavía. Tengo una condición.
No más delineador, pensó Sehun.
—Vas a tomar la camioneta —dijo su padre.
Su padre estaba de pie en la escalera delantera con los brazos cruzados. Claro que tenía que observar. Como si fuera un maldito árbitro en un combate de taekwondo.
Sehun cerró los ojos. Luhan estaba todavía allí. Luhan.
Encendió el motor. Y cambió suavemente a reversa, salió del camino de entrada, cambió a primera, luego tiró hacia delante sin que el motor hiciera ni un sonido.
Porque sabía cómo manejar con palanca de cambios. Jesús.

Luhan & Sehun [HunHan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora