En la ciudad de Nueva York, Camila Bordonaba es una mujer de prestigio en el mundo de la arquitectura. Al mando de la multinacional empresa Bs Arquitectos, Bordonaba vive una vida llena de lujos y exigencias. Una mujer adicta al trabajo, fría y obse...
He estado muy ocupada estos días y no he podido publicar antes el capítulo. Lo cierto es que estoy atravesando una etapa bastante movida y aunque escribo no me da la vida ni para meterme en la plataforma.
Creo que voy a establecer unos horarios para las publicaciones, ya os contaré porque dependo tambien de un master y mil movidas... ¡Lo que os digo, no paro quieta!
En fin, espero que os guste el capítulo. Lleva la esencia pura de Benjamín.
Muchísimas gracias por todos los comentarios. Sin duda, es una de las historias que más os gustan por el número de votos y comentarios.
Un besazo enorme.
Nos leemos pronto.
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- No sabes lo buena que está - comenta Coco. - Llevaba un vestido que le marcaba culazo y unas tetas... Claro, yo no soy de hierro y me puso como loco. - justifica. - Ella se dio cuenta y tomó la iniciativa. Se acercó decidida y se presentó. Tomamos un par de birras juntos, charlamos y... - se pausa. - Benjamín, ¿me estás escuchando?
Continúo moviendo el café con la cuchara. Lo hago de forma autómata por lo que no escucho del todo lo que está contando Coco. Miro fijamente a la fotografía de Camila que tiene enmarcada ella misma en su propio despacho. Si ella puso una foto de si misma en su mesa de trabajo... Egocéntrica la llaman.
- La mujer de Acero acaba de llegar - anuncia Coco.
- ¿Dónde? - doy un respingo. - Recógelo todo - me levanto y comienzo a ordenar los papeles de la mesa. - Si ve el despacho así, nos mata.
Coco me mira divertido y no esconde su risa. Sigo recogiendo, pero es cuestión de tiempo para darme cuenta que se trata de otra de las bromas de mi querido mejor amigo. Suelto los papeles de mala gana y me cruzo de brazos.
- ¿Te parece divertido?
- Bastante - admite sin parar reír. - Dominatrix. - explota otra carcajada.
- Ja, ja y já - ironizo. - No me hace gracia y a ti tampoco debería hacerte o ¿debo recordarte cómo te cagaste en los calzones cuando Camila se acercó a ti la pasada noche?
- Pero acabó super bien - rebate. - Creo que soy su mejor amigo.
- Es fácil teniendo en cuenta que eres su único amigo - contrataco.
Coco frunce el ceño molesto.
Vuelvo a mi asiento y tomo un sorbo de mi café. Me quejo al notar que está frío y lo aparto de mi lado.
- ¿Qué te pasa ahora? - se interesa Coco. - ¿Qué te ha hecho ahora tu mujercita?
- ¿Puedes dejar de hablar con ese retintín molesto? - le pido. Coco alza las manos. - Estoy hecho un lío.
