Capítulo cuarenta y cuatro

429 55 87
                                    

Helena Rojas es la encargada de abrir la puerta.

- Los modales lo dejaste a un lado ¿cierto?

Tal vez lo dice porque literalmente he fundido el timbre de su casa. No estoy para gilipolleces y paso sin pedir permiso. Escucho parlotear a Helena. Sigue mis talones, pero eso no me frena. Solo quiero encontrar al dueño de Bs Arquitectos y mandarlo a la mismísima mierda, si es que puedo controlar mis ganas de acabar con él que no son pocas.

Me siento humillada y estafada. Si esto era un plan de los Rojas, sin duda les ha salido que ni pintado. Se han reído en mi cara durante todo este tiempo. Primero, Boy en ese bar frente a la Camila del pasado, la inocente. Y segundo, su hijo comportándose como un traidor; haciendo el mejor papel de su puñetera vida. Benjamín me ha hecho creer que yo estaba por encima de él, se ha reído en mi cara durante todo este tiempo.

Nadie juega con Camila Bordonaba. Nadie.

En mi trayectoria, me reencuentro con los yayos. Al ver mi estado de nervios, se preocupan. Preguntan que pasa, pero yo no estoy para ellos. Tengo mucha rabia contenida y su don para ablandarme ahora no funciona. Helena sigue despotricando de mí a diestro y siniestro, pero yo me zafo de ella cada vez que intenta pararme. Por increíble que parezca, ha sido la única sincera de esta familia de hipócritas. Helena me odia, y siempre lo ha demostrado. Te dice lo que piensa a la cara, sin preámbulos ni medias tintas.

- ¡Tú!

Grito, pero me sale casi como un aullido cuando abro la puerta del despacho de Boy. El hombre mira una serie de papeles en su despacho y se sobresalta nada más escucharme. Se baja las gafas de leer hasta la punta de su nariz. No objeta nada, a pesar que una loba va en dirección a él.

- ¿Cuándo me lo ibas a contar?

- ¿Qué?

- ¿Cuándo? ¡Joder! - grito a pleno pulmón. Escucho por detrás el gemido de sorpresa de la yaya. Lo siento por ella, pero su familia acaba de romperme el corazón en mil pedazos.

- Esta chica está fatal de la cabeza - asegura Helena. - Ahora mismo voy a llamar a tu hijo para que se lleve a esta loca de aquí.

- ¡Mejor! - me dirijo por primera vez a Helena. - Así tendremos la versión completa.

Helena se marcha corriendo. La muy estúpida cree que va a solucionar algo trayendo al pelele de su hijo. Estoy indignada, decepcionada con Benjamín. Pensé que era un buen hombre y me ha fallado. Es como todos: mentiroso y manipulador. Un estratega, un jugador. Un aprendiz de su padre.

- Te lo hago fácil.

Lanzo la carpeta que mi hermano hace unas horas atrás me había ofrecido en mi despacho. Boy lo mira con recelo, pero accede a abrir la carpeta para leer su contenido.

- Joder Camila... - se maldice.

Se lleva las manos a la cara intentando esconderse o eso creo hasta que escucho sus sollozos. ¿Está llorando? ¿Pero qué...?

- Eres el dueño de Bs Arquitectos y me lo ocultaste. Tu hijo y tú os habéis reído de mí durante todo este tiempo...

- No digas eso, por favor. Camila, eso no es así.

- Me has mentido. Durante todo este tiempo, he estado engañada creyendo en personas que solo se beneficiaban de mí por su propio interés. Elegiste mis prácticas de la carrera y me metiste en tu propia empresa, fuiste tú y no el producto de mis esfuerzos como creí. ¡Soy una idiota! ¿Cómo una muerta de hambre iba a tener esa oportunidad?- ahogo un sollozo que quiere escapar de mi garganta. - Te has aprovechado de mí y me has exprimido todo cuanto has deseado. Y has hecho partícipe a Benjamín de todo esto.

⋰⋱ Firmado, la Mujer de Acero ⋰⋱    {Benjamila}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora