Capítulo treinta y cuatro

694 54 110
                                    

Hola familia. 

Aquí os dejo el nuevo capitulo que os he prometido. Espero que os guste y le deis mucho amor. Muchas gracias por tanto apoyo. 

Os leo. 

AVISO: tras la lectura y esperando un par de días para daros tiempo, publicaré en el perfil de Instagram una idea que se me ha ocurrido para darle vidilla a esto. Espero que participéis. 

- No, no me gusta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- No, no me gusta.

La costurera, que está arreglándome el bajo del vestido, frena su acción ante mi comentario. Puedo ver por el rabillo del ojo como su jefe, el diseñador de mi vestido, le hace un gesto para que se aparte. Intenta poner la mejor de sus sonrisas y el hombre se acerca a mí con sutileza.

- ¿Qué no le gusta madame?

Recurrí a uno de los mejores diseñadores del momento. Es una eminencia en Europa, nacido en París e influenciado por las altas élites de la costura. Sus diseños, sin duda, son dignos de admirar. Por esa razón, necesito que mi vestido sea único, atrape miradas y, sobre todo, deje la imagen de Luisana Lopilato por los suelos.

No voy a escatimar por el dinero. No voy a conformarme. Quiero lo mejor. Quiero que quede claro quién es la élite en la arquitectura y esa persona, por supuesto, soy YO.

- El escote. – digo mirando mi reflejo en el espejo. Estoy subida a una pequeña plataforma y el tamaño del espejo me brinda una imagen completa de mí misma. – No dice nada.

- Pensé que era suficiente con romper la paleta cromática elegida para la fiesta.- responde con su ya habitual acento francés.

Sí. En la carta de invitación, se exponía algunos requisitos protocolarios a cumplir, entre ellos, la temática del negro en la vestimenta de los invitados. Obviamente yo no iba a seguir las directrices de "la rubia despelucada" por dos sencillas razones. La primera, y la más importante, es que no sigo órdenes y menos de esa pelandrusca extorsionista de lo ajeno. Y segundo, porque yo no he recibido invitación alguna y, por lo tanto, no soy conocedora de esas premisas protocolarias.

Mi decisión no fue del agrado del diseñador en cuestión. Es conocedor de la importancia del evento. Posiblemente, multitud de periodistas darán cobertura del mismo y, por supuesto, mi aparición supondrá el reconocimiento de su vestido y, por lo tanto, su nombre. El hecho que rompa con las líneas protocolarias es suficiente para crear el caos y, probablemente, ese caos le salpique de alguna manera.

Quiso hacerse a un lado, pero el dinero manda como siempre. Solo tuve que apretarle un poco más las tuercas y ofrecerle una suma de dinero lo suficientemente tentadora para que continuar con el proyecto de mi vestido.

Estoy segura que seré la sensación y la cara de Luisana será todo un poema en cuanto me vea aparecer. Vázquez ya sabe que hacer cuando llegue el momento: filmarlo todo. Seguramente será mi película favorita de los findes.

⋰⋱ Firmado, la Mujer de Acero ⋰⋱    {Benjamila}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora