Capítulo veinticinco

1.1K 55 122
                                    

Después del capítulo hot, volvemos con un capítulo bastante movidito. 

Es larguito además, así que qué menos que comentéis porque hay muchas cosas que suceden.

Espero que les guste😘❤️

"Ahora te veo más atractivo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Ahora te veo más atractivo..."

"Tal vez porque esta noche vas a cumplir una de mis fantasías sexuales..."

"¿Qué fantasía? ..."

"Tú..."

Me despierto sobresaltada. Mi respiración entrecortada hace que mi pecho suba y baje de forma incontrolada. Unas gotas de sudor recorren mi frente y siento un calor interno bajo mi estómago. Paso mis manos por las sábanas de seda de mi cama cerciorándome que estoy en casa.

Es la segunda vez que pasa. Es la segunda vez que sueño con él. Es la segunda vez que rememoro en mis sueños más profundos la noche de sexo que tuve con mi asistente.

Eso no me gusta y me provoca más inestabilidad en cuanto a mi respiración. Busco a tientas el oxímetro en el cajón de la mesita auxiliar de mi habitación. Lo pinzo en mi dedo índice y lo dejo calibrar durante unos escasos minutos. Al quinto pitido deparo en mirar la pantalla del aparato: 98% de saturación y 120 pulsaciones.

Llevo una mano a mi pecho e inhalo profundamente. Hago ejercicios respiratorios con la finalidad de encontrar la calma, aunque estas situaciones comienzan a repetirse más de lo que me gustaría y todo por mi error. No sé por qué lo hice...

Bueno tal vez sí, me atrae mi asistente. Pero, ¿a quién no? Además, el sexo con él es... En mi vida disfruté tanto con el sexo. Sin duda, era muy bueno. Bastante para ser cierto...

Pero no estuvo bien, nada bien. No podemos entremezclar los asuntos personales con lo laboral, aunque fuese la primera que quebrantó esa norma con el dichoso compromiso falso. Lo único que he conseguido es casarme por error y tener una noche de sexo con mi asistente.

Llevo mis manos a la cabeza. Esta tortura no es buena para mí. Así jamás encontraría mi parten zen.

Me levanto sin ganas. Por mí me quedaría toda la mañana en casa torturándome psicológicamente, pero debía afrontar mi primer día de trabajo en la oficina tras mi tedioso viaje. Me decido por darme una ducha revitalizante, pero ese tiempo solo me sirve para que mi cabeza dé vueltas sobre la multitud de situaciones variopintas que se pueden producir en el día de hoy con mi asistente.

Después de esa noche, amanecimos en la cama con la colcha de lo bebés encima. Por poco me da un parraque al corazón cuando ví la colcha de lana encima de nuestros cuerpos desnudos. Me alivió el hecho de recordar que pusimos medios al respecto, pero el susto a primera hora de la mañana me lo llevé.

El día de después es difícil de explicar porque ni tan siquiera yo sé como describirlo . Ninguno de los dos nos dirigimos palabra, ni tan siquiera nos miramos. Hicimos el paripé con la familia y Benjamín me sorprendió con un vuelo que nos llevaría directo a Nueva York ese mismo día. Me sorprendió, pero me congratuló a parte iguales porque la situación era bien incómoda. El trayecto fue igual de silencioso y ajeno como nuestra relación en la mañana. Una vez aterrizamos en el aeropuerto, cada uno agarró su maleta y nos dirigimos por separado a las afueras del aeropuerto directos a nuestras respectivas casas.

⋰⋱ Firmado, la Mujer de Acero ⋰⋱    {Benjamila}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora