Tan cerca pero tan lejos 🌥 [Daryl Dixon]

mi vida

Daryl Dixon, un niño con falta de amor familiar, a sus cortos 7 años sabía pelar cables para robar camionetas, pero leer...no, de eso no tenía idea. Su padre siempre decía que eso era inservible y ¿quién era él para contradecirlo?. Su madre murió de una forma terrible cuando tenía seis, y su hermano...era un niño idiota, realmente idiota, pero era el modelo a seguir de Daryl, porque era la persona menos podrida de toda su familia, y eso dejaba que desear.

Era un niño sumamente bello, tanto por fuera como por dentro, aunque él no lo supiera. Tenía una cabellera rubia casi dorada y unos ojos azules capaces de captar la atención de cualquiera, su piel estaba bronceada y su contextura era como la de un niño normal, aunque era más fuerte que cualquiera.

Aunque no quería aceptarlo, a veces su corazón, tan grande cómo ninguno, le ganaba...y terminaba siendo un "marica" como su padre le decía, pero Daryl no podía contra su instinto y aunque quisiera ser duro como su hermano, adentro suyo mantenía con vida una llama de bondad, una que lo llevó por un camino increíble.

Ahí estaba el pequeño Daryl, entre su hermano y sus amigos, riéndose de las cosas que ellos hacían.

- ahora el viejo Joe sabrá con quien no meterse, ¿no chicos? - preguntó Merle, su hermano

El grupo de niños había robado algunas cosas para comer del mercado de Joe, aquel viejo que siempre amenazaba con llevarlos a un correccional para menores.

- miren - dijo un niño señalando - la tonta sorda

Daryl giró para mirar, no sabía a quien se refería, su mirada se encontró con una niña de pelo castaño claro y lacio, de contextura delgada y estilizada, llevaba puesto un vestido rosado y un moño del mismo color ataba su cabello, su piel era demasiado blanca, parecía que era la primera vez que salía al sol, sus mejillas y nariz tenían unas hermosas pecas que resaltaban y daban contraste con sus abultados labios con brillo color rosado, entre sus manos sostenía una libreta y colores, quizá no sé dió cuenta, pero había quedado casi hipnotizado, su hermano lo golpeó en el hombro para traerlo a la realidad.

- vamos - le dijo mientras el grupo se movía

Todos al mismo tiempo se acercaron a la niña, ella ni siquiera levantó la vista para mirarlos, estaba concentrada dibujando algo en el césped.

- lo divertido es que no puede escucharnos - dijo uno de los chicos

Él se agachó y sacó el cuaderno, la niña los miró a los cuatro, Daryl solo pudo fijarse en lo brillantes que eran sus ojos oscuros, la niña movió su mano señalando su pecho.

- ¿qué pasa? - preguntó uno

- ¿vas a llorar?, cierto que no podés - dijo otro

El grupo se rió, menos Daryl, él no se estaba divirtiendo. La niña quiso saltar y volver a agarrar su cuaderno, pero el niño alto y de cabellera negra solo bostezaba, burlándose de ella. Daryl harto de la situación golpeó el estómago del niño y cuando bajó las manos para sobar su golpe le arrebató el cuaderno.

- ¿qué diablos hacés Dixon? - preguntó el niño - dile algo a tu hermano idiota, Merle

- ve a molestar a otro lugar - sugirió Daryl

Los dos niños miraron a Merle, buscaban respuestas ante la actitud de su hermano, Merle estaba entre confundido y sorprendido, pero enojado...porque lo estaba haciendo quedar mal.

- es un marica, déjenlo - dijo Merle

Sin mirar atrás los niños se fueron, cuchicheando y burlándose de los dos, Daryl estaba enojado por la reacción de su hermano, pero no estaba sorprendido en lo absoluto.