obstáculos

2K 155 11
                                    

Cualquier persona diría que había demasiados obstáculos para llegar a Mimi, deberían aprender lenguaje de señas o encontrar alguna forma de hablar con ella, y eso, no valía la pena.

Pero Daryl, para él todo era más difícil aún, él tenía más obstáculos que cualquiera, pero aún así nunca se rindió, estaba decidido a ser amigo de la castaña y nada iba a cambiarlo.

Al principio le costó, aprender a leer desde cero no era poca cosa, pero pudo hacerlo después de un arduo trabajo, pasó horas en el colegio, sus profesores y compañeros no podían creerlo, y él nunca agradeció tanto la poca atención que su familia le ponía, porque nadie se dio cuenta de su raro comportamiento, nadie notó que el pequeño Daryl casi no dormía mientras a la luz de una vela intentaba leer dos páginas de un libro. Aprendió a leer a pesar de todo, pero ahí no terminaba la cosa...él quería más, no quería solo poder leer lo que la niña le decía, él quería mantener conversaciones con ella, entenderla, comprenderla y poder expresarle todo lo que él quería, ella a él lo entendía y probablemente leer labios le había costado tanto cómo a él le costó leer, así que debía hacer un esfuerzo más, quería comprender todo lo que ella tenía para decirle.

Todo su esfuerzo no paso de ser percibido por la castaña, que cada día lo veía en la biblioteca, pero su atención fue mucho mayor cuándo lo vio agarrando un libro de lenguaje de señas, en su interior sintió su corazón latir con fuerza, su estómago dolía y sentía ganas de vomitar, estaba desconcertada y solo una persona sabría que le sucedía exactamente.

Ella corrió hasta la cafetería donde su madre era mesera, abrió la puerta con fuerza, o eso creyó porque todos voltearon a verla, el rojo de su rostro se hizo mayor y cabizbaja pasó a la parte trasera del lugar, su madre estaba sentada mientras fumaba un cigarro y comía, al verla lo apagó.

- te dije que eso hace mal! la señorita me lo dijo en el colegio - expresó su hija en lenguaje de señas

- lo sé cariño, lo siento - respondió cansada

Su madre, Andromeda, era una mesera cansada, cobraba miserias con las que mantenía a su hija sin ayuda de nadie. Su familia le dió la espalda cuando se casó con el padre de Mimi, todos le decían que ese hombre era un error, pero ella a pesar de todo decidió confiar, confiar en aquel hombre que la destruyó tanto como pudo, pero un día se cansó y escapó, escapó junto a su niña cuando era tan solo una bebé y nunca más volvió a verlo, ni a él ni a su familia que la había desterrado, decidió darle a su hija su apellido...porque no le iba a dar el lujo a ese hombre idiota.

- ¿qué te pasó en el cabello? parece que corriste una maratón

Su madre dejó todo de lado para acomodar el cabello y vestido de su hija, a pesar de que no tenían el dinero suficiente, ella no iba a dejar que su hija pareciera una vagabunda, si era necesario iba a dejar de cenar para comprarle lo que necesitara.

- vine corriendo

- ¿y eso? a ti no te gusta correr - dijo la mujer algo confusa

- me siento mal madre

- ¿mal?, ¿qué te duele?

Su madre era algo dramática y Mimi sabía que en su mente imaginaba lo peor, estaba recorriendo un mapa mental buscando el hospital más cercano, pero ella estaba bien, o no era tan grave como para ir al hospital, ¿no?.

- estoy bien, es solo que

- solo que...

- vi algo y me sentí mal, mi corazón latía con fuerza y mi estómago comenzó a doler, creí que iba a vomitar

Tan cerca pero tan lejos 🌥 [Daryl Dixon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora