Tan cerca pero tan lejos 🌥 [Daryl Dixon]

prisionero

Mimi seguía acostada en ese lugar, nadie entraba a verla, no porque no querían, si no porque no tenían la fuerza suficiente, dejaban comida en la puerta y a veces notaban como ella se levantaba solo para ir al baño, la recuperación fue terrible, todo su cuerpo dolía y sus piernas fallaban luego de 30 minutos. Pero si tuviera que pasar ese infierno de vuelta solo por aquella bebé, lo haría sin dudarlo. Lyra era la bebé más hermosa que Mimi había visto, siempre había dicho que no entendía a le gente que decía que sus bebés son hermosos cuando nacen, porque no hay nada más feo que bebés recién nacidos, pero ahora...ahora ella entendía perfectamente ese sentimiento.
Pasaba días, horas, minutos, segundos...solo viéndola, dormir, llorar, comer. Y no se cansaba para nada, esa bebé era su única fuerza en este momento.

Lyra dormía junto a Mimi, la mujer mantenía su mano en el costado, ella no la dejaba dormir en la cuna porque su mayor temor era que deje de respirar y que nunca se entere. Todos los sentidos de la castaña estaban activados y esa fue la razón por la que pudo percibir a alguien que entró, justo antes de que esté junto a ellas Mimi saltó de la cama, lo tiró al suelo y puso su cuchillo en su garganta.

- Mimi, soy yo, soy Jesús...Mimi

Decía el hombre, la mirada de la mujer no era para nada parecida a la que alguna vez había visto, ella lo miraba con odio, como si fuese un total extraño, su fuerza era inigualable, ni siquiera Jesús pudo safarse de ella, tuvo que quedarse quieto esperando que la castaña lo reconozca.

- lo siento, no debí entrar así, no voy a hacerles daño Mimi, soy yo Jesús

Volvió a decir el hombre de pelo largo. Mimi se levantó y guardó su cuchillo en su cintura, lo miraba de arriba a abajo cosa que intimidaba al hombre.

- lo siento, ¿bien?. Solo venía a avisarte que hay alguien abajo que quiere verte, o eso creo...me iré, por la puerta...lejos de tu bebé

Y con cuidado, como si Mimi fuera una leona salvaje se fue. Las manos de la mujer temblaban, miró a su bebé que aún dormía en la cama con tranquilidad y se acercó a aquel espejo. Verse fue un total shock, su pelo estaba lleno de grasa, sus ojos eran rodeados por bolsas violetas...ya que a eso no se le podían llamar ojeras, sus ojos cafés estaban oscuros y rojos por su llanto, sus labios estaban rotos, con sangre e incluso mordidos, su piel era más pálida y estaba más flaca de lo que debería. Hoy en ese espejo, Mimi no se reconoció, por primera vez en toda su vida juró no ser ella. Y ahí fue cuando el sentimiento recorrió su cuerpo y aquel recuerdo que parecía oculto en su mente...volvió.

[...💭...]

- a veces creo que somos los únicos cuerdos aquí - dijo Barty acercándose a la castaña

- yo lo estaré hasta que te pierda a ti o a Daryl... - admitió la castaña mirando aquel campo, la granja

- ese día no llegará, los tres somos una mierda, los malos no mueren - dijo el pelinegro

- habla por ti idiota

- oh vamos Mimi, ya te lo he dicho, somos serpientes disfrazadas de ovejas. Bueno...Daryl más bien es una oveja disfrazada de serpiente, pero es fuerte y terco, a veces idiota

- déjalo en paz - dijo ella riéndose

[...💭...]

Aún en sus recuerdos, ella podía ver aquella sonrisa del pelinegro, Barty siempre decía cosas fuera de lugar en los peores momentos, pero para la castaña tenerlo era una alegría constante.
Sacó las lágrimas que caían por sus mejillas y tomó las fuerzas necesarias, agarró a Lyra quien despertó automáticamente.