Capítulo 16: Buenos días (+18) 🔥

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ADVERTENCIA ⚠

Este capítulo contiene lenguaje explicito para +18
Leer bajo su propia responsabilidad


No podía creer lo que estaba pasando, por un lado, estaba muy feliz porque por fin Joseph había dado el paso y fue el beso perfecto en el momento adecuado. Pero por otro lado hacia mi mayor esfuerzo para no reírme de lo que estaba pasando.

Joseph llevaba un casi una hora en el baño y me pedía que por favor ni me acercará, estaba muriendo de un dolor de estómago y de pena.

Pobre

No sabía qué hacer, si prepararle algo o esperar que saliera para preguntarle si estaba bien. Lo único que hice fue quedarme sentada en el sillón esperando a que saliera, pero todo indica que se va a tardar.

Ni se te ocurra reírte, mantén la calma

____: ¿estás bien? –no aguanté más y decidí ir al baño-

Joseph: ¡Sí! –exclamó- pero vete de aquí por favor

____: tranquilo, no sientas pena ¿necesitas algo?

¿Tal vez papel?

Joseph: no, solo vete -me ruega-

____: ¿seguro? -no aguanté más la risa-

Joseph: no es gracioso ____, déjame solo por favor

Alcancé a escuchar una leve risa por parte de él, no quisiera estar en su lugar pero le advertí que el curry de ese restaurante era delicioso pero algo fuerte para un estómago como el de Joseph, llevaba meses haciendo una dieta para su personaje y olvidó por completo que tenía prohibido los ácidos, picantes y comidas que estuvieran muy condimentadas.

Al cabo de un rato vi como asomó su cabeza y me miró muerto de la vergüenza, creo que nuestro momento especial quedó marcado más por su urgencia de entrar al baño que por el tan esperado beso.

No digo una sola palabra y dejo que sea él quien tenga la iniciativa de hablar. No era necesario decir nada ya que nuestras miradas eran suficientes.

Joseph: ha sido un desastre, lo siento -dice cubriendo su rostro-

____: ¿qué? -para mí no lo fue- no entiendo porque dices que fue un desastre si fue todo lo contrario -me mira confundido y algo enrojecido- Joseph muchas personas salen a cenar y después regresan a casa como si nada, en cambio nosotros podemos decir que tenemos una gran anécdota de nuestra primer cena ¿no te parece eso genial?

Joseph: eres increíble -sonríe mientras muerde su labio, pero no de forma sexy, es más una costumbre que tiene cuando está nervioso- ¿cómo crees que le vamos a contar a alguien que en medio de nuestro primer beso tuve un cólico estomacal?

Tenía razón, esa anécdota nos pertenecía sólo a nosotros y nadie más, lo cual la hacía aún más especial de lo que ya era.

Nuestros ojos no se apartaron ni por un segundo y esta vez fui yo quien tomó la iniciativa. Necesitaba tener sus labios de nuevo en los míos, y poco a poco me acerqué, mis intenciones eran claras.

Nos perdimos en un beso tierno pero que lentamente se convertía en uno apasionado, llegué a pensar que estaba soñando y decidí abrir mis ojos para contemplar la realidad. Su rostro estaba completamente relajado y pude apreciar el largo de sus pestañas, con solo unos segundos la realidad me hacía entender que no era un sueño y que no debía resistirme a expresar mis sentimientos.

Él fue muy valiente en abrir su corazón y dejarme claro que siempre me quiso, pero fui yo quien lo rechazaba de mil maneras. Era mi turno de salir del caparazón y sin miedo a hablar de todo lo que me hacía sentir y lo mucho que anhelaba que no se fuera, o por lo menos si lo hacía que prometiera volver, en este punto no hay reversa, estoy completamente enamorada de él.

Esos mis ojos | JOSEPH QUINN Y TUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora