Esos mis ojos | JOSEPH QUINN Y TU

Capítulo 24: Hotel

Allí estaba, en medio de la multitud y con los ojos sobre una sola persona, ella.

Aunque intente ocultarse y crea que por estar en una esquina no la veo se equivoca. Hermosa como siempre, pero debo decir que nunca la había visto tan elegante y ese look le queda perfecto.

Mis ganas de ir corriendo a sus brazos se incrementan cada vez que la miro mientras está distraída, pero no quiero molestarla por más que muera por hablarle y saber cómo está, si no se ha acercado es porque simplemente no quiere tener contacto conmigo, sé que me ha visto pero solo me ignora.

Siento como mi sangre recorre todo mi cuerpo y la temperatura aumenta, en especial por mis mejillas ya enrojecidas por el alcohol, pero la razón principal es Jamie. No ocultó nada que ____ le llamó la atención y la forma en cómo la miró saboreándose los labios hizo que quisiera golpearlo, por primera vez experimentó en mi ser un ataque de celos.

Busca la oportunidad...

Pensé en "si solo hay una entrada significa que solo hay una salida", así que tomé un último trago para tener fuerza y me oculté tras una cortina de decoración a la espera.

No tardé en verla caminar con prisa por el pasillo y agradezco a lo que sea que me haya ayudado a salir, porque me pasme, no pude mover un pie hasta que ella estuvo a punto de caer al piso y es como si el tiempo se hubiera detenido, dejé de escuchar la música de fondo y el murmullo de la gente. Solo estábamos ella y yo, mirándonos fijamente mientras nuestros ojos gritaban lo que nuestras bocas callaban.

____: Hola –su tono sigue siendo dulce como lo recordaba-

Joseph: ¿estás bien? –idiota ya se lo preguntaste- digo... es que estuviste a punto a caer –los nervios me ganaron-

____: Si... estoy... bien –al parecer no soy el único nervioso- ¿Cómo estás?

Ahora mucho mejor...

Joseph: bien gracias –no quiero silencios incómodos, pero no sé qué decir- no pensé encontrarte aquí, no sabía que asistirías

____: lo sé –dice con molestia- nadie lo esperaba, pero es solo porque tuve que hacerlo

Mierda, arréglalo

Joseph: no me mal entiendas, es grato verte en la premier –ya perdí el control, cuando me pongo nervioso no puedo cerrar mi boca- y si es tu primera vez debes disfrutar, come mucho, baila, no te reprimas, es una fiesta y...

____: Joseph –interrumpió mi inspiración y se lo agradezco porque no sé qué más estupideces hubiera dicho- toma aire, es lindo de tu parte, pero ya me voy

Joseph: ¿quieres que te lleve?

____: ¿qué?

Joseph: ¿qué? –apenas si reaccioné a mi pregunta, no sé porque lo hice- solo digo por si no tienes transporte.

____: está bien –los segundos fueron eternos para su respuesta y no pensé que aceptaría-

De todo llegué a imaginar menos que esta noche tendría sentada a mi lado a quien hace un tiempo rompió mi corazón, pero no importa, de nuevo sentí esa paz que solo ella era capaz de hacerme sentir.

Casualmente se estaba hospedando en el mismo hotel que yo, solo que unos pisos más arriba. Durante el caminó no hubo palabras y ella se dedicó a mirar por la ventana todo el camino, mientras que yo no dejaba de mirarla por el retrovisor hasta que el chofer se dio cuenta y tuve que ocultar mi vergüenza bajando la mirada.

Joseph: ¿es aquí? ¿esta es tu habitación? –la curiosidad me carcome-

____: sí –estoy seguro que veo en sus ojos deseo por mí- es aquí, muchas gracias por traerme no tenías por qué hacerlo

Tal vez el efecto del alcohol me impulsó a acercarme haciendo que ella diera un paso atrás, era como estar reviviendo un momento del pasado, necesitaba oler su perfume, sentir la suavidad de su piel y su respiración cerca a mis labios, esos mismos que deseaban besarla con pasión.

No hubo un solo movimiento, el silencio del pasillo se mezcló con el nuestro, dos almas incapaces de mover un dedo pero llenos de deseo. No imaginé que después de tanto tiempo ella siguiera despertando en mí un sentimiento que nunca había sentido, olvidé por completo lo enojado y decepcionado que estaba, solo quería estar con ella como antes.

Me acerqué aún más a su cara y ella cerró los ojos, pero no con miedo, su rostro estaba tranquilo, tomé su mejilla mientras mi mano libre acarició levemente su brazo derecho, al igual que ella también cerré los ojos, me dejé llevar por el momento y sabía que tenía toda su aprobación, nuestras narices rozaban de la manera más tierna posible y en mi mente solo pasaba la imagen de mis manos recorriendo cada parte de su cuerpo.

En medio de mi éxtasis mezclado con el efecto del alcohol sentí como una de sus manos reposo en mi mejilla y una ligera sonrisa salió de mí al tiempo que mordía mi labio inferior, ya no podía seguir ocultándolo, aun la quería.

Dejó un suave beso en mi otra mejilla, mi corazón no podía estar más alegre, pero de inmediato se separó. Abrí mis ojos y como un golpe de realidad del que aún no me recupero se despidió entrando a su habitación.

Eres un idiota...

¡Qué imbécil! desperdicié la oportunidad de besarla solo por la inmersión en la que estaba, fue como estar drogado y me perdí tanto que me arrepiento por mi lentitud, es obvio que ella quería lo mismo que yo.