Capítulo 29 - Parte 2/2

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Nunca desees borrar los malos momentos de tu vida, porque son los malos recuerdos los que te hacen apreciar los buenos, como dicen, necesitas ambos, el sol y la lluvia, para hacer un arcoíris. - Alexandra Potter.

***

En cuanto el abogado tuvo oportunidad, colocó el anillo en el lugar al que pertenecería desde ahora y la besó. Melanie se odio por ser incapaz de controlar su llanto. ¿Desde cuándo lloriqueaba tanto?

—¿Qué les diremos a tus padres? ¿Están al tanto de lo que ha ocurrido?

—No, tranquila. Les mantuve al margen en todo momento. Para ellos solamente han sido unos días en los que tú no has parado de trabajar para presentarte al Estatal de baile, mientras que yo ejercía de pareja e hijo predilecto — Melanie sonrió aliviada —. Tenía la esperanza de que me escucharás. Sabía que lo harías.

—Perdóname, no debí irme así. Siempre te he pedido que hablemos las cosas como adultos y yo a la primera de cambio... En fin.

—¿Puedo pedirte una cosa más? —preguntó tomando su rostro entre sus manos. Ella asintió — A partir de ahora, escuchémonos, prefiero discutir y pelearme contigo por tener un buen motivo a imaginar o sospechar cosas que jamás han pasado.

—¿Piensas discutir conmigo soldado?

—Lo justo y lo necesario para deleitarnos con una reconciliación llena de amor y mucho, pero que mucho sexo —afirmó mordisqueando la mandíbula femenina.

—¿Eso significa que cambias de habitación? Quiero reconciliarme contigo como Dios manda.

—Me ofende la pregunta. ¿Qué te parece si entramos ahí dentro, nos despedimos de todos y nos marchamos a celebrar nuestro compromiso?

Melanie dirigió la mano a la evidente erección y la palmeó a conciencia, haciéndole emitir un gruñido gutural de lo más revelador.

—Espérame dentro, enseguida voy.

—¿Cómo? ¿Pretendes darte a la fuga?

—No. Dame cinco minutos y después seré tuya para siempre — Aquello a Dorian le satisfacía, pero también le generaba ansiedad —. Estoy bien, de verdad... El magnetismo de la luna, ¿recuerdas? —preguntó señalándola.

Él asintió, intuyendo que lo que quería era "comunicarse" con su nonna. Por qué...¿qué otra cosa podía ser? Besó su frente con evidente cariño y tras guiñarla un ojo trotó al interior para reencontrarse con los suyos. Melanie resopló con los ojos puestos en la luna y preguntó en voz alta:

—¿Vas a seguir escondiéndote?

Posó la mirada en aquel arbusto que había visto moverse escasos minutos atrás y espero con los brazos cruzados. ¿Acaso se estaba volviendo loca? Juraría que tras aquellas hojas había visto a... ¡Enzo! El rubio apareció luciendo una melena mucho más larga que cuando se marchó. ¡Dios! Ahora entendía porque Kiara le llamaba Thor. Él salió de su escondite y caminó lentamente hacia la castaña que lo miraba asombrada.

—¿He visto bien? ¿No sólo has hecho bailar a mi mejor amigo al ritmo de "Soda Pop", sino que además le has hecho arrodillarse?

—Eso parece... —admitió sonriente.

—Eres una bruja. ¿Lo sabías? —bromeó él rompiendo la distancia y dándola un afectuoso abrazo — Lo habéis hecho genial, os merecíais el primer lugar.

—Otra vez será —contestó encogiéndose de hombros sin perder la sonrisa —. ¿Vas a explicarme por qué estabas a punto de mimetizarte y convertirte en planta?

Bailando con el perdón | Erótica + 18 | Parte 2/4 Completa ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora