Capítulo 24

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Cuando mejor es uno, tanto más difícilmente llega a sospechar de la maldad de los otros. – Cicerón.

***

Dorian no dejaba de pensar en las palabras de Kiara. Melanie le había hecho llegar su mensaje alto y claro. Le quería, a pesar de haberse presentado en su casa y partirle la cara al idiota de su todavía marido. Quería pensar que aquello no se trataba de una despedida, pero las dudas le asaltaban a cada segundo. ¿Y si lo era? ¿Y si decidía tomar la peor decisión de todas que era quitarse de en medio? La piel se le erizó solo de pensarlo. También barajaba otra opción, y era que Rodrigo la tuviese de cierta manera amenazada y que ese fuese el motivo por el que ella rehusase a hablar con él. Daba igual, cualquiera de las situaciones que su cabeza generaba era demoledora.

Sus padres aún no estaban al tanto de nada. Los fines de semana ya no coincidían, porque según les había hecho creer Kiara, estaba con mucho trabajo en la agencia, lo que le quitaba casi todo el tiempo disponible. Aunque él sabía que alguna mañana se había presentado allí para verlos. Briona cada noche le relataba por teléfono, cómo había ido el día y ella siempre se lo detallaba de tal manera que nada escapaba de su alcance.

Maverick estaba empezando a usar el andador por decisión propia, pues según decía el anciano, eso era mucho mejor que depender de que Marco arrastrase la silla, ya que aunque podía hacerlo él mismo, enseguida se cansaba y eso le dejaba pocas posibilidades. Kiara esa semana había ido tres días a verles. Según Briona debía estar trabajando mucho, ya que se la veía visiblemente cansada y con ciertas ojeras que la delataban. Fue cuando él supo la intención de expandir el negocio hasta Europa, cosa que tenía a Maverick inmensamente feliz, pues eso significaba que la empresa de su hija iba mejor que nunca.

—¿Dorian? —interrumpió Gardenia — Disculpa, ¿Te pillo en buen momento?

—Claro, pasa.

Se dejó vencer contra el respaldo de su sillón y sonrió a su mejor abogada del bufete. Está llevaba una carpeta, donde se podía leer "Dumont" y un diminuto sobre blanco. Su semblante exultaba felicidad, pero no una felicidad cualquiera, sino de esas que llegaban a contagiarse. Gardenia se sentó frente a él con total y plena confianza.

—¿Te acuerdas del caso de la Sra. Dumont?

—Cómo olvidarlo. Soy incapaz de borrar de mi mente el sufrimiento de esa mujer cuando vino a vernos.

—¡Lo hemos ganado! —estalló sonriente — Pensé que no había manera de pillar a esa empresa fantasma, pero comenzaron a venir más clientes que habían sido estafados por ellos y fue coser y cantar. Al parecer han sustraído la cuantiosa cifra de casi un millón de dólares. Tenemos un total de once afectados, aunque estoy segura de que habrá más.

—Enhorabuena, sabía que podía confiar en ti. ¿Podrán recuperar su dinero?

—Están en quiebra y se han gastado gran parte del dinero sustraído. Aun así es cuestión de tiempo que la deuda quede saldada —indicó visiblemente contenta —. Te traigo toda la información del caso, para que la revises y la archives cuando puedas.

Dorian aceptó la carpeta que ella le tendió y la abrió para echar un vistazo por encima. Confiaba en el trabajo de su empleada y por ello, no le dio más vueltas para darle carpetazo y cerrar el caso. Se encaminó con las llaves en mano a los archivadores, donde tenía todo ordenado alfabéticamente y guardó la carpeta donde correspondía. Gardenia deslizó el sobre blanco por el escritorio, llamando su atención.

—Es para ti. Viene a nombre de Melanie Cooper. ¿La conoces? ¿Es un cliente?

—Es más que eso. Es mi pareja —reconoció atrapando el sobre entre sus manos.

Bailando con el perdón | Erótica + 18 | Parte 2/4 Completa ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora