Capítulo 27 - Parte 1/2

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El amor es honestidad. El amor es respeto mutuo del uno por el otro. – Anónimo.

***

Al día siguiente, a eso de las cinco de la tarde Dorian llegaba a Chicago junto a sus padres. Estos estaban emocionados ante el espectáculo que verían, y es que era bien sabido por todos, que Briona y Maverick amaban el baile. Junto a ellos, iba Marco que empujaba la pesada silla, mientras que el abogado cargaba con casi todas las maletas, o al menos las más pesadas, pues Briona llevaba una de mano con ella. Él llevaba una mochila cargada a la espalda, en su mano izquierda una maleta más grande perteneciente a sus padres y en la derecha, completamente estirada e impoluta la funda del vestido de Melanie. En el vuelo había conseguido que una de las azafatas lo dejase colgado en una de las zonas libres, a pesar de las múltiples quejas paulatinas de su padre, que aseguraba que en el hotel habría servicio de tintorería y planchado. Pero Dorian se había comprometido a llevarlo en perfectas condiciones, así que si podía evitar perderlo de vista, mejor.

Los cuatros avanzaron por el vestíbulo del hotel. Briona, maravillada por la exquisita decoración del hotel. Maverick, visiblemente cansado, pues aunque el viaje no era muy largo, dos horas para ser exactos, no estaba habituado ya a aquel trajín. Marco, portaba la vitalidad de diez leones y Dorian, en cambio, tenía un conjunto de sentimientos que eran difíciles de explicar. Buscaba a Melanie por el hall, como si esta fuese a aparecer de un momento a otro, ansiaba verla, pero a su vez estaba jodidamente nervioso y para qué negarlo, también cansado. En aquellos dos días no era capaz de contar el número de horas que había dormido en total, aunque a decir verdad, dudaba que superase las seis. La indiferencia de la bailarina no le había permitido pegar ojo y aunque su hermana le había enviado un mensaje conciliador, comenzaba a dudar de que ella fuese a escucharle.

Le había enviado infinidad de mensajes desde el incidente, pero cuando accedías a la conversación era un maldito monólogo. Ni siquiera aparecían como leídos, lo que le generaba más inquietud, pues en verdad desconocía como iba a reaccionar Melanie cuando les viese allí, en especial a él. Había evitado a toda costa explicarle a sus padres que estaban peleados, por lo que, evidentemente, si ella aparecía por allí y se comportaba tirante o incluso soez sus progenitores sospecharían de inmediato.

—Hijo, esto es precioso. ¿Has avisado a Melanie? Me muero de ganas de verla.

—Mamá, te he dicho mil veces que ella y Jhonny iban a pasar las últimas horas previas ensayando para la competición. Dudo mucho que hoy la puedas ver.

—¿No podemos ir a ver un ensayo? — Él negó mientras dejaba la maleta en el suelo, junto a la recepción — Está bien, de todas formas a tu padre se le ve cansado, así que aprovecharemos para que descanse un poco.

—Me parece bien —indicó besándole la frente a su madre.

—Buenas tardes Señores. Bienvenidos al "Hotel Palace Chicago". ¿Disponen de una reserva?

—Buenas tardes, sí tenemos una habitación a nombre de Dorian Moore.

—¿Me permite su documentación, por favor?

Dorian asintió a la recepcionista que sonreía con coquetería e ignorando aquel evidente flirteo buscó lo solicitado en la cartera. Se lo tendió, deslizándolo por la superficie y miró a su madre que con dulzura había tomado la mano de Maverick, entrelazando sus dedos. Deseo verse así en un futuro, junto a la mujer que tanto amaba, queriéndose tanto o más que el primer día...

—Perfecto, Sr Moore. Habitación 211. Mi compañero le ayudará con el equipaje —indicó tendiéndole la tarjeta correspondiente —. Esperamos que disfruten de su estancia.

Bailando con el perdón | Erótica + 18 | Parte 2/4 Completa ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora